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Medio ambiente y ruido preocupan a los ciudadanos, según el Síndic

Del Rosal lamenta que las Administraciones no le hacen caso

El medio ambiente, y en concreto la contaminación acústica, centran, junto al urbanismo y la vivienda, buena parte de las quejas que el Síndic de Greuges, Bernardo del Rosal, refleja en su último informe, que entregó el martes en las Cortes. El Síndic recomienda ser "inflexible" ante las molestias que ocasionan a los vecinos de los locales falleros que comportan un funcionamiento comercial lucrativo.

En materia de urbanismo el Síndic vuelve a "insistir, un año más", en sus recomendaciones a las Administraciones, a las que insta a "extremar sus esfuerzos" para permitir y hacer efectivo el ejercicio del derecho de los ciudadanos a obtener información sobre proyectos que les afectan y que inciden en el territorio. Asegura haber detectado en 2005 "un preocupante aumento en la tendencia de desarrollar grandes proporciones de suelo al margen del plan general de ordenación urbana, sin modificarlo ni revisarlo previamente, haciendo un uso abusivo de la potestad, excepcional y restrictiva, de aprobar los llamados planes parciales de mejora". Y añade, sobre las infracciones urbanísticas, que "en más ocasiones que las deseables, la Administración suele ser reacia a iniciar los expedientes sancionadores y ordenar la demolición de las construcciones ilegales".

Respecto al medio ambiente, el informe destaca que la contaminación acústica centra muchas quejas, y señala que hay que "insistir, una vez más, en la necesidad de una respuesta más ágil, eficaz y contundente" de las administraciones para proteger a los ciudadanos, "toda vez que la inactividad en este campo o la actividad retardada no hacen más que perpetuar en el tiempo situaciones a menudo insostenibles para los vecinos afectados". Según el Síndic, "uno de los asuntos que más preocupa a los ciudadanos" es el ruido producido por establecimientos o industrias molestas, las concentraciones de ciudadanos asociadas al ocio en la vía pública. La concentración de bares en determinadas zonas genera numerosas quejas, como también la práctica del botellón, según indica el Síndic en su informe.

Y cita en concreto los casales falleros, que la Administración considera como salas polivalentes y que, "por tanto, precisan licencia de actividad y acta de comprobación favorable", aunque, según el Síndic, "lo cierto es que la práctica totalidad de estos locales carece de tales títulos de funcionamiento". No obstante, matiza que son locales vinculados a la tradición festera y "cauces de participación social del mayor interés". Recomienda "conjugar" intereses para que su funcionamiento "no sea lesivo para los vecinos", aunque "frente a actividades que en puridad comportan un funcionamiento comercial lucrativo se debe ser inflexible".

Los grupos de la oposición consideraron ayer que el informe de Bernardo del Rosal es "demoledor" con la política desarrollada por el Consell, y reclamaron que se reconozca su trabajo y su independencia en el cargo de Síndic de Greuges. La socialista Isabel Escudero aseguró que existe "una sintonía" entre las advertencias y recomendaciones del Síndic y la oposición, ya que ambos se preocupan por aquellas cuestiones que reclama la ciudadanía. Por su parte, Carles Arnal, de Esquerra Unida-L'Entesa, valoró el "intenso trabajo" del Síndic, así como su trayectoria, y lamentó que no vaya a ser renovado en el cargo porque, según dijo, al PP "le molesta el trabajo tan serio, crítico e independiente que ha hecho".

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