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El futuro del PP

Rajoy exige a Zapatero para pactar con él que rectifique la política contra ETA y el Estatuto

Mariano Rajoy, líder del PP, echó ayer el cierre a la convención Hay futuro que ha reunido durante tres días a más de 3.000 cargos de su partido en un cóctel de mítines, reuniones internas y fiestas regionales con un mensaje ya conocido. Reiteró su oferta condicionada de pacto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sobre política territorial y lucha contra el terrorismo. Su condición es que el Gobierno "rectifique" en ambas. Que rectifique el Estatuto catalán y la política antiterrorista.

El Estatuto habría que rectificarlo en profundidad porque, según Rajoy, es "un error, malo para España y los españoles, y especialmente malo para los catalanes". Mantuvo que "cualquier catalán que no sea un nacionalista fervoroso lamentará que se apruebe un Estatuto que recorta su libertad, limita sus iniciativas, restringe sus derechos y reduce su capacidad económica".

"Este Gobierno es incompetente. Es incapaz de gestionar los propios frentes que gratuita e irresponsablemente abre"
"El proyecto catalán es un error. Si hemos de alcanzar un acuerdo, debe ser para rectificarlo, no para bendecirlo"
"Si el presidente rectifica, nos tendrá a su lado. Sólo tiene que cumplir la Ley de Partidos y volver al Pacto Antiterrorista"
Sarkozy, líder de la UMP francesa, participó en el cierre de la convención del PP con un discurso mucho más aplaudido que el de Rajoy
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El ministro francés afirma que, "a veces, los grandes pueblos son ingratos con sus gobernantes", y que Aznar lo sufrió el 11-M
El PP concluye el cónclave con la promesa de su líder de "no enfrentar, sino reunir; no retrasar, sino avanzar; no crear problemas, sino resolverlos"
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La rectificación que pide al Gobierno en política antiterrorista incluye dos exigencias: "Pido al presidente que haga honor a su palabra y que cumpla la Ley de Partidos y el Pacto por las Libertades que firmó con el PP".

El cumplimiento de la Ley de Partidos obliga, según Rajoy, a "excluir de la legalidad" e impedir que "concurra a proceso electoral alguno" a quienes "defiendan, amparen o no condenen las prácticas del terror". Tal es el caso de Batasuna y está ilegalizada. El PP siempre ha incluido, además, al Partido Comunista de las Tierras Vascas, pero ayer Rajoy no mencionó sigla alguna.

Y el cumplimiento del Pacto Antiterrorista supone, según recordó el líder de los populares, que "corresponde al Gobierno de la nación el desarrollo y la ejecución de la política antiterrorista, pero también que ningún Gobierno, sea el que sea, negociará nunca cuestiones políticas con los terroristas a cambio del fin de la violencia". El Ejecutivo subraya, cada día, que es a él a quien corresponde dirigir la lucha contra ETA, y que ni está negociando ni va a negociar ningún "precio político" con la banda a cambio de que deje la violencia.

"Le ofrezco al Gobierno, con toda sinceridad, la ayuda del PP para evitar que se cometan errores de difícil arreglo. Ahora bien, si él prefiere otros acompañamientos que no se escude en mi falta de colaboración", clamó. Y añadió que, el problema es que el "Gobierno es débil e inestable, pero sobre todo incompetente. Es un Gobierno incapaz de gestionar los propios frentes que gratuita e irresponsablemente abre".

Rajoy concluyó con una promesa. Dijo que quiere "construir el futuro" y su propósito "es no enfrentar, sino reunir; no retrasar, sino avanzar; no crear problemas, sino resolverlos".

Los compromisarios del PP escucharon estas reflexiones de su líder en un respetuoso silencio, jalonado por moderados aplausos. Rajoy entró al plenario acompañado por el sociólogo Pedro Arriola. Éste siguió después la intervención de su presidente desde la zona de control de imagen y sonido, leyéndola a la vez que gesticulaba. Quizá porque hay cierta costumbre entre los redactores de discursos en el PP a seguirlos desde esa zona, o quizá porque la retórica utilizada por Rajoy fue desapasionada y más bien plana, o incluso porque culpar a Arriola cuando algo sale mal es una leyenda urbana en ese partido, durante la tarde una decena de dirigentes del PP atribuyeron a su sociólogo de cabecera la responsabilidad de un discurso que no llegó a entusiasmar.

Sí entusiasmó, y mucho, el telonero de Rajoy: Nicolas Sarkozy, ministro del Interior francés, presidente de la UMP y potencial candidato a la presidencia del país vecino. Sarkozy se dirigió al plenario de la convención en francés, pero, sea por el dominio de los idiomas de los populares o por las dotes de liderazgo del político francés, un espectador no avisado podría haber creído que era él, y no Rajoy, ese líder que decía lo que la afición quería escuchar. Arrancó en castellano para decirles que "España es una nación, una gran nación". Inmediatamente dedicó el primer elogio al ex presidente José María Aznar. "Estoy muy orgulloso de ser tu amigo". Siguió en francés, e intercaló la defensa de "los valores del trabajo, el mérito, la responsabilidad, la promoción social", como "propios de los populares, españoles y franceses", con elogios a sus invitados.

Hizo una decena de referencias a Aznar, seis a Rajoy, dos a Rodrigo Rato ("no por casualidad director gerente del FMI"), una a Ángel Acebes y otra a Alberto Ruiz-Gallardón. Todos en calidad de "amigos" suyos y de "ejemplo" para la derecha francesa cuando allí gobernaban los socialistas. Llegó a citar a Winston Churchill para ensalzar a Aznar: "A veces, los grandes pueblos son desagradecidos". Sarkozy contó que le ocurrió a Churchill y a Aznar el 11-M.

El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, flanqueado por Mariano Rajoy y José María Aznar, en el acto de clausura de la convención del PP.
El ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, flanqueado por Mariano Rajoy y José María Aznar, en el acto de clausura de la convención del PP.CRISTÓBAL MANUEL

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