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Maragall irrita a Esquerra al vaticinar el apoyo republicano al Estatuto si hay acuerdo en peajes

El presidente augura un 'sí' de ERC a cambio de 500 millones extras en infraestructuras

Esquerra Republicana (ERC) abandonaría el no al Estatuto e incluso podría apoyar el texto si el pacto final incluye el compromiso de compensar con 500 millones de euros extras a Cataluña en concepto de reparación por "todos estos años que hemos pagado peajes en la autopista". Así lo aseguró el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, quien defendió ayer esta estrategia para que los republicanos se sumen al consenso estatutario. Pero el atrevimiento de Maragall al poner precio al apoyo de ERC disgustó a la cúpula de este partido, que exigió al presidente no hablar más en su nombre.

El presidente catalán se mostró convencido de que un acuerdo entre el Gobierno central y la Generalitat para una inversión extraordinaria en infraestructuras acercaría a ERC al sí estatutario "o ahora o más adelante". Según Maragall, 500 millones para esta partida sería la cifra que pedirían los republicanos para cambiar de posición. "A mí no me parece mal", dijo el presidente, y lo justificó argumentando: "Puesto que hemos estado tantos años financiando con dinero privado inversiones que en el resto del España no han costado nada, quizá que tengamos un acuerdo sobre este esfuerzo que hemos hecho".

Pero Esquerra Republicana se tomó mal que el presidente de la Generalitat, del PSC, se atreviera a cuantificar la cifra que podría desplazar a los independentistas al terreno del sí. Horas después de que Maragall hicera estas declaraciones en la clausura de la escuela de Invierno del PSC en Tarragona, la portavoz de ERC, Marina Llansana, respondía al presidente que pensar que 500 millones de euros pueden hacer cambiar la postura de ERC es querer reducir al clásico peix al cove (tenerlo en el bote) de otros. Y aconsejó a Maragall: "Como líder de los socialistas catalanes que no hable en nombre de los republicanos".

Peajes aparte, Maragall utilizó su intervención para concretar un poco más la fecha del referédum del Estatuto. "Será a mediados de junio", dijo, tras lo que animó a los ciudadanos a votarlo "masivamente". Admitió, sin embargo, que si el texto no llegara a aprobarse, "habríamos perdido credibilidad". Y advirtió a Esquerra de que un eventual "no" al texto le impediría "dar lecciones" más adelante.

Tampoco se dio por vencido ante las palabras del primer secretario de su partido, José Montilla, quien el pasado lunes aseguraba que la definición de Cataluña en el preámbulo era un tema "cerrado". Maragall, ante la votación del preámbulo que hoy se hará en la ponencia del Congreso, pidió a los redactores del Estatuto que "restauren" en el redactado final del texto la diferencia que estableció la Constitución de 1978 entre nacionalidades históricas y regiones. En este sentido, subrayó: "Ahora hay más nacionalidades, pero se tiene que entender que las tres históricas [Cataluña, País Vasco y Galicia] busquen un nuevo rol". Aunque el cambio de opinión de CiU sobre la definición de Cataluña como "nación" ha motivado repetidas críticas por parte de Maragall, el presidente calificó de "hábil" el acuerdo de los nacionalistas con José Luis Rodríguez Zapatero en materia de financiación.

El tripartito como 'turmix'

Si meses atrás el consejero de Gobernación, Joan Carretero, comparó los altibajos del tripartito con la senda del Dragon Khan, ayer, otro consejero, Joaquim Nadal, no quiso ser menos gráfico y, abandonando los símiles de parque de atracciones, echó mano de su particular catálogo metafórico culinario y sexual para explicar los derroteros del Gobierno.

El portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, equiparó la vida interna del Ejecutivo de Pasqual Maragall con una batidora eléctrica y comentó, en tono jocoso: "Es más difícil vivir dentro de un turmix, que es vivir en el Gobierno de Cataluña, que hacer el amor en un Simca 1000".

Nadal hizo esta comparación durante un debate, con el título Orientación de fondo de nuestras políticas, ¿por qué gobernamos?, en la escuela de invierno del PSC celebrada en Tarragona. Nadal aseguró que la voluntad "renovadora" del tripartito "no es fácil" de llevar a la práctica y, por tanto, "no debemos ser masoquistas". "Hemos de tener muy claro" que gobernar desde la izquierda no debería ser "vivir permanentemente en un turmix", aunque a continuación admitió que es precisamente esto "lo que nos pasa a nosotros a veces en Cataluña". Eso sí, quienes mueven el turmix no son otros, a juicio de Nadal, que CiU y el PP.

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