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El Consell de Cultura cuestiona una política urbanística que Blasco presenta como idílica

El consejero afirma que el urbanismo valenciano es el más sostenible y social de Europa

El idílico dibujo de la política urbanística y medioambiental valenciana que el consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, hizo ayer ante el pleno del Consell Valencià de Cultura (CVC), no convenció a varios de los integrantes de este órgano consultivo de la Generalitat, que criticaron su visión "demasiado optimista" y le recriminaron la ausencia de autocrítica. Blasco compareció a petición propia ante el pleno del CVC para informar sobre el paquete de las leyes urbanísticas aprobadas en los últimos tiempos por el Gobierno valenciano y pidió la colaboración del ente.

Rafael Blasco hizo un repaso de la legislación emanada de su departamento esta legislatura y aseguró que esa producción de leyes representa una "innovación importante". Sobre la Ley Urbanística Valenciana (LUV) afirmó que ha tenido en cuenta las recomendaciones de la Unión Europea y que actualiza y moderniza la gestión urbanística. El consejero anunció los próximos proyectos legislativos: la ley de prevención de la contaminación y de calidad ambiental, la de patrimonio arbóreo monumental y la de campos de golf. Sobre esta última, afirmó que ningún campo de golf servirá de "coartada" para una urbanización. El nuevo marco legislativo valenciano en materia de urbanismo es más "garantista" y más "proteccionista", afirmó Blasco, lo que le permitió asegurar que en la Comunidad Valenciana "se hace uno de los urbanismos más sostenibles sociales de toda Europa". Blasco ofreció numerosos datos e indicadores sobre el urbanismo valenciano, que comparó con los de otras regiones españolas y de Europa, para apoyar su idílica visión del asunto.

Varios integrantes del CVC intervinieron para cuestionar algunos de esos datos y censurar el excesivo optimismo de Blasco respecto de los resultados de su gestión y de su producción legislativa. Así, Vicent Álvarez pidió más decisión para la protección de la huerta y rogó a Blasco que acomode la legislación urbanística a las leyes de patrimonio y del paisaje. El consejero anunció que tiene avanzado un plan de protección de la huerta. Por su parte, Ramon Lapiedra criticó que el criterio de utilidad pública de la LUV es tan "laxo" que favorece expropiaciones encubiertas y somete a los propietarios a posibles abusos y censuró que el informe del consejero no mencionara situaciones "catastróficas" como la del río Segura y "problemáticas" como las del Xúquer o l'Albufera. Blasco reconoció que fue un error no redactar el reglamento de la LRAU y prometió para dentro de dos meses el de la LUV. Ramón de Soto opinó que el territorio debería ser considerado como el principal bien patrimonial de los valencianos y abogó por el mantenimiento de los valores estéticos, históricos y monumentales del paisaje. Por su parte, Isabel Morant criticó que Blasco insista en que sólo está urbanizado el 3,9% del territorio valenciano y no diga que en su mayor parte se concentra en la franja litoral.

En su informe, el presidente del CVC, Santiago Grisolía, hizo un alegato a favor de la libertad de expresión y contra la censura en las Fallas, defendió la "sana tradición satírica" de la sociedad valenciana y pidió que no se caiga "en la pendiente resbaladiza de la censura".

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