"Hay machismo y resistencia hacia la figura de una mujer como presidenta"

Lourdes Flores Nano, de 46 años, podría convertirse en la primera mujer presidenta de Perú si gana las elecciones previstas en abril. Sus detractores la tildan de candidata de la derecha. Es la segunda vez que Flores Nano aspira a ocupar el máximo cargo de la nación. En las elecciones de 2001 quedó en tercer lugar tras Alejandro Toledo y Alan García. Esta vez, todas las encuestas le colocan en el primer lugar de las preferencias del electorado, con una intención de voto del 27%. Le sigue Ollanta Humala, un ex militar izquierdista que tiene como padrino al presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Flores Nano es militante desde muy joven del conservador Partido Popular Cristiano. Ha sido parlamentaria desde 1990 hasta 2000. En 1999 la revista Time la eligió como una de las 100 líderes iberoamericanas del próximo siglo, que ya es éste.

"En medio del escepticismo general y la falta de credibilidad de la ciudadanía respecto de la política, mi condición de mujer es una ilusión"

"Si soy presidenta, tendré una relación de Estado con todos los gobernantes vecinos y del mundo. Allí no hay diferencias ideológicas"

Pregunta. Usted encabeza todas las encuestas a 50 días de las elecciones. ¿En qué medida el hecho de ser mujer ha marcado esa tendencia?

Respuesta. Sin duda que es un factor importante. Pero no el único. Y es que en medio del escepticismo general y la falta de credibilidad de la ciudadanía respecto de la política, mi condición de mujer es una ilusión, una esperanza.

P. ¿Perú está preparado para elegir a una mujer presidenta?

R. Creo que ha habido una evolución. Veo un clarísimo entusiasmo de parte de las mujeres hacia mi candidatura. Hay un porcentaje de los varones que ven en mí un cambio, una propuesta diferente. Pero también hay machismo, resistencia y conservadurismo hacia la figura de una mujer como presidenta.

P. ¿Cómo explica que los peruanos tengan como candidatos favoritos a una mujer y a Ollanta Humala, un ex militar?

R. Creo que se está en busca de algo diferente a lo tradicional. Que hay una actitud de ruptura con el pasado. Estas candidaturas expresan claramente el cambio. En mi caso, mi condición de mujer. En el caso de Humala, es la novedad ya que nunca antes estuvo en política.

P. Menciona que su gobierno significará un cambio. ¿Cómo se traduce ese cambio, por ejemplo, en los primeros cien días?

R. Creo que el viraje principal se debe dar en el campo social. Estamos diseñando políticas en nutrición, salud y educación. Yo he dicho, por ejemplo, que quiero acabar con las listas de espera en los hospitales. Creo que hay que tomar medidas administrativas desde el primer minuto de mi gobierno para que la población perciba que sus condiciones de vida mejoran sin que ello signifique necesariamente más gasto.

P. Un gran cambio como el que usted propone requiere de mayoría en el Congreso peruano. A estas alturas, las encuestas apuntan que tendrá que ir a una segunda vuelta electoral, lo que significa que no logrará mayoría parlamentaria.

R. Primero debo decir que espero ganar en primera vuelta. Si no fuera el caso, hay que construir alianzas para la segunda vuelta con mucha madurez y teniendo en mente que éstas son necesarias no sólo para ganar las elecciones sino para asegurar la gobernabilidad del país. Soy consciente de que lo más probable es que en Perú en los próximos años haya que construir vínculos y alianzas que hagan gobernable el país.

P. ¿Cuál es la diferencia ideológica entre usted y la chilena Michelle Bachelet?

R. Michelle Bachelet es la representante del Partido Socialista. Si yo fuera chilena sería integrante del partido demócrata cristiano. Ella representa a un socialismo que respeto mucho, un socialismo moderno.

P. ¿Será Chile un asunto prioritario en su Gobierno?

R. Sin duda, la relación con Chile es una parte fundamental de las relaciones internacionales de Perú. Yo mantendré, como no puede ser de otra manera, las líneas permanentes de la política exterior peruana. Para nosotros hay un tema pendiente: la definición de la frontera marítima. Con Chile hay que tener una relación cordial, de buena vecindad, y simultáneamente saber que estamos en un mismo espacio geopolítico y que somos, en ese sentido, competidores.

P. ¿Cómo se plantea la relación con el presidente de Bolivia, Evo Morales?

R. Si soy presidenta de la República deberé tener con todos los gobernantes vecinos y del mundo una relación de Estado. Allí no hay diferencias ideológicas. Tengo muy claro que Perú y Bolivia tienen que desarrollar una relación bilateral.

P. El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha expresado en reiteradas oportunidades sus preferencias por Ollanta Humala, su principal rival en las elecciones. Chávez, además, le ha atacado. ¿Cómo reconstruir esa relación?

R. Si soy presidenta de la República, sabré distinguir perfectamente lo que son escaramuzas impensadas, porque la injerencia de Chávez en la campaña ha sido totalmente impensada y desfavorable para los fines que perseguía. Con Venezuela, lo que nos interesa es el fortalecimiento de la comunidad andina. Ése debe ser un eje importante de la relación con ese país andino.

P. ¿Cómo ve la evolución de la democracia en América Latina?

R. Lo que más me preocupa es el escepticismo de la ciudadanía. Con una población que desconfía en general de todo el sistema y que, por tanto, es muy crítica y que, simultáneamente, quiere soluciones inmediatas, el descrédito de la democracia está latente. Pienso que la única forma de cambiar eso es que se vean gobiernos eficientes, cercanos a la gente, trabajadores. Una actitud de cercanía con la población. Eso es en mi opinión vital para la salud democrática en América Latina.