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Reportaje:

Primer beneficiado del Plan Concilia

Un funcionario de Fomento disfruta del permiso de paternidad

Lucía Abellán

Juan Carlos Rodríguez Vázquez, un funcionario de 37 años, ha aparcado sus papeles en el Ministerio de Fomento para dedicarse durante 10 días a los biberones, los pañales y los mimos que requiere su hija Arancha, nacida el 9 de enero. Y todo ello sin perder su sueldo. Juan Carlos es el primer funcionario que disfruta del permiso de paternidad recién estrenado en la Administración central del Estado. La medida ha entrado en vigor este mes, justo a tiempo para que Juan Carlos se acogiera a ella: "Yo le decía a mi mujer: Espérate un poquito a que empiece el año", bromeaba ayer en su domicilio de Villaviciosa de Odón (Madrid).

Desde que empezó su permiso, Juan Carlos desempeña una labor más exhaustiva que cualquier jornada en el Ministerio de Fomento. "Me ha tocado cambiar dodotis por un tubo. Como todavía no se le ha caído el ombliguito, a la madre le da repelús y lo hago yo", confiesa el funcionario, que se hace cargo del resto de las tareas vinculadas al nacimiento. La alimentación nocturna le corresponde a él (su esposa le da el pecho durante el día), así como llevar a su otra hija, de seis años, al colegio. "No hay que hacer cursillos para esto, se aprende trabajando. Soy ya un profesional", presume Juan Carlos con orgullo.

El secretario de Estado Alberto Navarro es el primer alto cargo que se acoge al derecho

La madre, Isabel Losada, asiente satisfecha: "Como el parto ha sido por cesárea, eso impide la movilidad los primeros días. Para mí ha sido vital el permiso de paternidad". Isabel explica que Juan Carlos se ha ocupado de todo desde el primer día. "Son los padres los que tienen que encargarse de eso, no otros miembros de la familia".

Más allá de los 10 días ordinarios, el nuevo trabajo a tres turnos de Juan Carlos tiene visos de prolongarse. Isabel es abogada y su profesión le dificulta acogerse al permiso de maternidad de cuatro meses. La pareja se plantea que sea él quien lo solicite (la mujer puede ceder hasta 10 semanas de su baja al padre). "Una vez que me incorpore al trabajo veré si prolongo el permiso", añade el padre. En todo caso, Juan Carlos trabaja sólo por la mañana y tiene claro que dedicará las tardes a sus dos hijas, algo que la madre no siempre puede hacer.

El permiso de paternidad forma parte del Plan Concilia, un conjunto de medidas que ha puesto en marcha el Ministerio de Administraciones Públicas para conciliar la vida laboral con la familiar. De momento sólo afecta a los 542.125 empleados de la Administración central. Pero el ministro Jordi Sevilla, firme impulsor del proyecto, pretende que cunda el ejemplo en otras administraciones y, sobre todo, en la empresa. "Debería ser obligatorio. La forma de retribuir a un trabajador no es sólo económica, sino también social", concluye Juan Carlos.

Este empleado público asegura que su caso no ha causado extrañeza entre los compañeros de trabajo. Eso sí, al ser pionero, tuvo que mandar un escrito a Administraciones Públicas para aclarar su situación.

También Alberto Navarro, secretario de Estado para Asuntos Europeos, preguntó expresamente, en este caso a Jordi Sevilla, si podía acogerse ya al permiso. Navarro será el primer alto cargo que disfrute de 10 días para atender a su hija. Su mujer salió de cuentas el martes y por ello la agenda del secretario de Estado está totalmente condicionada a su inminente paternidad. "Ya no tengo más compromisos, sólo los que puedo anular", asegura. Navarro se confiesa ilusionado por poder disfrutar de su hija y recomienda a todos los funcionarios que se acojan a este derecho: "El enriquecimiento personal es lo más importante en la vida. Cuando se tiene tiempo para ir a un museo, al cine y estar con la familia la gente trabaja mejor".

Juan Carlos Rodríguez, con su hija Arancha.
Juan Carlos Rodríguez, con su hija Arancha.MANUEL ESCALERA

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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