_
_
_
_
_

Dimite el decano del Colegio de Periodistas ante la imposibilidad de formar junta de gobierno

Sebastián Serrano no se considera capaz de defender a la entidad de "un asalto organizado"

Sebastián Serrano, que el pasado 12 de diciembre ganó las elecciones a decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, dimitió ayer del cargo "ante la imposibilidad de plasmar en la junta de gobierno la pluralidad" surgida de las urnas. En una carta dirigida a los colegiados, el decano electo explica con detalle el motivo de su renuncia -no haber logrado pactar con la candidatura de su oponente, Pilar Antillach, un equipo rector de la entidad de consenso- y asegura no ser "la persona adecuada para organizar la defensa del colegio de un asalto organizado".

Serrano -que se impuso a Antillach con el 51% de los votos mientras que la periodista consiguió el 46%- recuerda en la misiva que había decidido presentarse a las elecciones a decano "para unir en una candidatura dos iniciativas que tienen muchos puntos en común pero que no se ponían de acuerdo". El periodista -actualmente defensor del lector de EL PAÍS- optó, según cuenta, por "un programa abierto y una campaña planteada siempre en positivo, formulando propuestas y no respondiendo a las provocaciones, alejada de la pelea personalista y la demagogia". "Todo ello", prosigue, "con la idea de no poner obstáculos a la colaboración de las dos candidaturas tras las elecciones".

Durante la noche electoral, en la que la lista de Serrano logró el 54,61% -que equivale a 10 puestos en la junta de gobierno de la demarcación de Barcelona, con 3.120 de los 3.653 colegiados de la entidad- y la de Antillach, el 45,39% (8 puestos), el periodista se ofreció a actuar "como el decano de todo el mundo" e integrar "a todos los que formen parte de la junta de gobierno sin ningún tipo de discriminación". La semana siguiente, revela Serrano en la carta, presentó a la candidatura de Antillach "una propuesta equilibrada de distribución de los puestos de responsabilidad". Ésta se concretaba en la oferta de dos vicedecanatos a los opositores -Pilar Antillach y Llibert Ferri- y se reservaba sólo uno para los vencedores (Maria Favà). El desequilibrio se compensaba con la asignación de los otros dos lugares de la permanente que corresponden a Barcelona a la lista de Serrano (Francesc Triola y Joan Brunet). Los cuatro periodistas propuestos -sin contar a Antillach- figuraban entre los seis más votados.

Serrano relata en la carta a los colegiados que la oferta "fue rechazada de plano sin el más mínimo reconocimiento del esfuerzo de integración que suponía". En una reunión posterior de sólo cuatro personas -dos por candidatura-, la representación de la lista de Antillach le pidió que cambiara uno de los nombres propuestos de su candidatura por otro; sin embargo, él consideró que ello "habría traicionado el resultado electoral". "Sin ninguna garantía, además, de la lealtad de todos a la institución".

Para acabar, el dimisionario recurre a una imagen: "Yo pensaba que se jugaba un partido de tenis y me preparé para un partido de tenis, pero otros prefirieron un combate de boxeo y se prepararon para boxear... Estoy preparado para jugar al tenis pero no para boxear". Serrano asegura que se siente "capaz de coordinar las sensibilidades más diversas si hay objetivos comunes". "Pero", concluye, "no soy la persona adecuada para organizar la defensa del colegio de un asalto organizado". Con todo, el periodista se ofrece para buscar soluciones "que consoliden el colegio como la casa común de los periodistas catalanes".

Pilar Antillach mostró su perplejidad por la dimisión de Serrano, al que recriminó crear una "crisis inexistente". En declaraciones a Efe, la periodista, que está fuera de Barcelona de vacaciones, señaló que ella ha sido "la primera sorprendida" por el anuncio, del que se enteró a través de la llamada de una compañera. "Me ha sorprendido la manera como lo ha hecho. Primero me tendría que haber llamado".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

No está claro que la dimisión de Serrano obligue a la celebración de nuevas elecciones. A partir de ahora se dibujan dos escenarios: no habría comicios si se eligiera decano entre los seis vicedecanos -Maria Favà, Llibert Ferri, Ignasi Soler, Amparo Moreno, Ramon Mesull y Narcís Genís-, pero sí si dimitieran la mitad de los miembros de la juntas de gobierno más uno.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_