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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Abducidos a la romana

Los 4400 (Antena 3) empezó como un interesante ejercicio de intriga y ciencia-ficción, con el halo espiritual característico de la era de la autoayuda. 4.400 abducidos en el siglo pasado viajan en el tiempo y regresan a la Tierra con poderes destinados a mejorar un entorno reacio a confiar en ellos. La vulnerabilidad de los no abducidos y su incapacidad para entender a los regresados empujan un argumento teñido de catastrofismo paranormal, especulación religiosa, intriga policiaca y presagios simbólicos. Son la respuesta al miedo a sentirnos demasiado frágiles respecto al futuro. Excelentes actores (Jacqueline McKenzie está espléndida), realización sobria, sin abuso de efectos especiales, tenebrismo facilón o dinamismo visual poliédrico, y un guión con un planteamiento y un nudo de categoría que se estropea en un desenlace tan mesiánico como disparatado. Una de las conclusiones que saca el espectador es que lo peor que le puede ocurrir a un abducido es regresar.

Roma (Cuatro), en cambio, transita por el territorio prosaico del pasado. Ambición, traición, conspiración y manipulación identifican esta relectura verosímil de una época que acuñó una metodología del poder que todavía está vigente: guerras ilegales para imponer imperios corruptos y contratación de asesinos a sueldo para organizar legiones mercenarias. La elaborada estructura narrativa hace que cada drama individual sea la representación de una tragedia colectiva.

Para contarla, esta notable producción recurre a un sensacionalismo sofisticado y a un realismo agresivo avalados por los historiadores: la violencia y el sexo están justificados no tanto por el guión como por la mala prensa que el Imperio romano se ha ganado a pulso. El uso de los desnudos de la rotunda Atia y la aspersión de sangre (a medio camino entre Tinto Brass y Stanley Kubrick) añaden puntos de vista a este intenso viaje en el tiempo. Un viaje que confirma que los que menos escrúpulos tienen luchan con sus mejores armas: la espada, la elocuencia, el veneno o la fornicación.

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