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La ministra de Sanidad critica a Aguirre por gastar un millón de euros en "propaganda"

El consejero de Presidencia replica a Salgado que pague el dinero que debe a la región

La ministra de Sanidad, Elena Salgado, criticó ayer a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, por la gestión que hace de la sanidad madrileña. La ministra criticó que Aguirre haya gastado un millón en "propaganda" y que favorezca a la iniciativa privada en la construcción de hospitales. "El Gobierno regional no está a la altura de lo que esperan los madrileños", criticó Salgado. Francisco Granados, consejero de Presidencia, le reclamó a la ministra que pague a la Comunidad los 640 millones que debe por el aumento de población.

Simancas y Salgado intervinieron en los encuentros Respuesta a los retos de la sanidad madrileña. Allí, se despacharon contra la gestión de la sanidad que está haciendo el Gobierno regional. La ministra criticó el millón de euros que el Gobierno de Madrid ha gastado en "propaganda" -anuncios en todo tipo de medios de comunicación-, asegurando que ha cumplido con su compromiso de reducir las listas de espera quirúrgica a un máximo de 30 días.

Salgado expresó su preocupación por la sanidad de Madrid "porque la actuación del Gobierno regional no está a la altura de lo que esperan los ciudadanos". La ministra apuntó que con el millón que Aguirre está gastando en "propaganda" se podrían haber adquirido 50.000 dosis de vacuna triple vírica o haber realizado 667 operaciones de cataratas. "N le vendría mal al sistema sanitario madrileño, si recordamos que el gasto medio por persona y año es uno de los tres más bajos de toda España", puntualizó.

La ministra expresó su preocupación porque la construcción de hospitales en la Comunidad esté beneficiando a la iniciativa privada. Según Salgado, se está "entregando" a empresas privadas su construcción y también la "gestión a largo plazo".

Tampoco el procedimiento que se está empleando en la construcción de los nuevos hospitales le gusta al Ministerio de Sanidad. Este método "supone un importante coste económico y un alto beneficio para la iniciativa privada", afirmó Salgado. Además, se mostró convencida de que no "sólo se está entregando a la iniciativa privada la construcción, sino también la gestión a largo plazo".

Los socialistas apuestan "por el sistema público de salud fuerte, de calidad y equitativo, que es el mensaje que los ciudadanos de Madrid entienden". A su lado, Simancas continúo con las críticas.

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El portavoz socialista afirmó que el PP "abandona la sanidad pública, apostando por la privatización y la desigualdad" en las autonomías que gobierna. Y que 10 años después de Gobierno regional del PP está "sufriendo un deterioro progresivo del servicio público sanitario, a pesar del trabajo positivo de sus profesionales".

6.000 millones de euros

"La sanidad pública se está deteriorando porque el PP y Esperanza Aguirre no creen en ella y mantienen una financiación por debajo de sus necesidades y por debajo de la mayoría de las comunidades autónomas de nuestro país", aseveró el socialista. También denunció que el Gobierno de Aguirre está apostando por el desvío de recursos y pacientes al negocio de la sanidad privada y afirmó que "hay muchos ojos golosos en los 6.000 millones de euros que representa la sanidad, y Esperanza Aguirre da esperanzas a esos ojos golosos sin evaluar las consecuencias que esto puede conllevar".

El consejero de Presidencia replicó por la tarde a la ministra y a Simancas. Granados calificó de "patético" que el portavoz socialista "vaya a manchar la sanidad madrileña" en vez de "reclamar a la ministra los aproximadamente 640 millones de euros que debe a la Comunidad por el aumento de población". Granados reiteró que el Gobierno ha "cumplido su compromiso" y recriminó a Salgado que hable de vacunas cuando "ha dejado a España a la cola de petición de vacunas en Europa".

Quedan dos días

Dos días. Ése es el tiempo que queda para que la presidenta regional, Esperanza Aguirre, cumpla su compromiso electoral de rebajar las listas de espera quirúrgica a 30 días.

La presidenta hizo esta promesa durante la campaña electoral de 2003. Se dio a sí misma dos años de plazo, que vencen pasado mañana.

Aguirre no está preocupada. Frente al criterio de la oposición, afirma haber cumplido el compromiso "hace cinco meses". Por eso parece aburrirle que Simancas le pregunte si va a dimitir el martes. "No me hable de cosas pasadas", espetó al socialista en el pleno del pasado jueves. "Hable de problemas futuros".

Simancas niega a Aguirre algún mérito. Afirma que la espera quirúrgica puede llegar a los 98 días y acusa a la presidenta de "manipular".

La diferencia entre uno y otro son los pacientes catalogados como "transitoriamente no programables". Estos son los que no se les puede operar porque no están bien de salud, o no se les opera porque rechazan la clínica privada que se les ofrece como alternativa. Aguirre dice que no tiene la culpa. Para Simancas es "un fraude".

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