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Columna
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Bochinches

Hace unos días, Javier Arenas comparaba las instituciones democráticas con ETA. Hace menos, Zoido, fiel a su patrón y modelo, comparaba la quema de contenedores en Sevilla con los disturbios callejeros en Francia y pedía el cese de la consejera de Gobernación. Realmente estas manifestaciones deberían de carecer de importancia. Cuando un ciudadano, o dos, comparan las instituciones democráticas con asesinos, y la quema de cuatro contenedores con la destrucción de más de diez mil coches, cuarenta policías heridos y choques con individuos armados, no hay nada que impida pensar que estos ciudadanos desvarían. Ni las causas que han determinado el vandalismo francés ni el parlamento, por muy en desacuerdo que se esté con la propuesta de Estatutos, pueden compararse con grupos de asesinos o con actos de gamberrismo con relevancia penal.

Sin embargo, como quienes hacen estas declaraciones representan al mayor grupo político de Andalucía en la oposición, no cabe presumir que sean irreflexivas y autorizan a pensar que pueden responder a una estrategia. Una estrategia utilizada para llevar al ánimo de los ciudadanos: que ni las instituciones democráticas funcionan, ni la tranquilidad en las calles está garantizada. Las instituciones democráticas no sirven a sus fines y la calle ha dejado de ser un lugar de paseo. Y si es así, lo que se está diciendo es que hay un mal uso generalizado de las instituciones y un mal uso de la libertad o lo que es lo mismo que los gobiernos del PSOE, sean del Estado o de una Comunidad, han montado un bochinche de cuidado. Son comportamientos y tiempos frente a los que no caben tibiezas. Hay que fajarse. Hay que hablar con claridad. Hay que decir que nuestras instituciones sirven al Estado de Derecho con normalidad y que paseamos por las calles con la tranquilidad que nos da nuestra libertad y el Estado de Derecho. Hoy por hoy, y mañana tampoco, ni se necesitan leyes que constriñan las libertades ni salvadores de la FAES que impongan un orden público a pretexto de la botellona. En fin, que menos mal que Francia ha dado por terminados los disturbios, y que ya no cabe que el Zoido de turno nos diga que estamos en una situación de emergencia. Claro que, de ser una estrategia, ya buscarán el pretexto que les sirva para seguir en sus bochinches. Yo, también.

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