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Columna
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El paquete

José Luis Ferris

Hace unas semanas, Guillermo, mi hijo, tuvo un control de Lengua. El día antes, mientras veía un reportaje sobre la inmigración ilegal y el penoso espectáculo de la frontera marroquí, apareció en el salón con el libro bajo el brazo y me invitó a estudiar con él, a desempolvar viejos recuerdos. Allí, en el tema I, me encontré de nuevo con el significante y el significado, el acto de la comunicación, los signos y sus reglas, al viejo Saussure y el sempiterno ejemplo de la partida de ajedrez, la sincronía y la diacronía... Le aclaré algunas dudas sobre la lengua y el habla y trazamos un esquema con los ocho elementos de la comunicación: emisor, receptor, mensaje, canal, código, referente, situación, contexto... "Ahora imagina que tienes un amigo en Madrid", le dije, "un amigo al que envías un regalo". Me contestó que sí, que le enviaba un balón con los colores del Barça para que supiera lo que es bueno. "Pues bien, tú eres el emisor, el balón es el mensaje, el canal es el camión de SEUR y el receptor es tu amigo, ¿está claro?". El ejemplo me pareció suficiente y a él también, pero la vida se esfuerza en dejarnos en mal lugar cuando menos lo esperamos y hete aquí que ayer mismo, al oír las noticias de la tele, Guillermo me espetó con un problema de difícil salida: "Veamos, papá; una señora cubana se va a las Bahamas, se mete en una caja de correos y se envía a sí misma como paquete postal a Miami. ¿Cómo está la cosa?".

La cosa estaba complicada, para empezar. A continuación, leí en la prensa que Sandra de los Santos llegó a Estados Unidos el pasado año en una caja de la empresa DHL y que el lunes, tras quince meses de espera, se le concedía el asilo político. Ella era el emisor y a su vez el mensaje. El receptor sería el pariente que la esperaba, las autoridades de Miami o ella misma, vete tú a saber. "Aunque lo importante en este caso", le dije a Guillermo, "es la imaginación, la función poética. Esa mujer es la metáfora de los miles de inmigrantes que persiguen el sueño de una vida mejor". "Vale, papá", me contestó, "pero los recursos literarios están en el tema III y no entran en el control del viernes. Otro día me cuentas". Otro día, cariño, otro día.

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