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Los 'disc jockeys' Daddy G y David Holmes traen a Valencia la música de baile más lenta y cinematográfica

La oportunidad ha tardado en darse, pero la noche de la ciudad de Valencia se encuentra por una vez con la opción de albergar un par de sesiones de DJ estrella alejadas del bombo a todo meter y del peligro de acabar con los tímpanos rotos. La sala El Loco, para este mes de octubre, ha programado una serie de actuaciones en cabina en las que aquello que priva es la cadencia, los sonidos orgánicos y carnosos, y las referencias a la negritud y a los ritmos densos. Algo que contrarresta la común opción sonora petarda, machacona y blanca que se da en infinitos locales de nuestro entorno.

Las sesiones están pensadas para un público de primera hora que desee escuchar una música desde un punto de vista tan ambiental como bailable, algo que también diferencia esta oferta de la del resto de clubes, más basada en hacer arder la pista a las tantas y en lucir a los DJ famosos a altas horas de la madrugada. La primera de las citas llega esta noche de sábado a cargo de Daddy G, muy conocido por ser miembro -ahora en excedencia- del supergrupo Massive Attack. Daddy G, que ya actuó en un festival celebrado en Benidorm el pasado verano, siempre ha aportado a su banda una influencia más jamaicana y africanista, una esencia espectral lenta que recuerda a los tam-tam y a las películas de vudú. Hip hop, soul, reggae en todas sus derivaciones posibles, y muchos sonidos profundos y humeantes, relacionados con la narcosis y con la interpretación sonora del universo del cannabis, forman parte habitual de la maleta de este hombre de presencia inquietante y de selección musical añeja y personal.

El día 21, el DJ establecido en Barcelona Profesor Angel Dust dará un recital de ritmos electrónicos latinos y sudorosos, una opción que le ha hecho muy popular en Cataluña. Y el 22 por la noche, un gigante, alguien aún mucho más extraño, radical y perturbador que Daddy G. Se trata de David Holmes, un DJ y productor irlandés conocido en Hollywood por haber elaborado las bandas sonoras de Ocean's eleven y Ocean's twelve, dos películas con un plantel de actores estelar encabezado por George Clooney (fan declarado de David Holmes) que intentaban trasladar a la actualidad el glamour decadente que reinaba en los ambientes de casino lujoso en otras épocas. Para ello, nadie mejor que Holmes, un experto en rescatar música palpitante y rarísima de los años cincuenta y en combinar blues, jazz, folk y, si se tercia, hasta tecno retro-futurista.

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