Presión vendedora

Las dudas planteadas por los inversores en las últimas sesiones se han materializado en un importante incremento de la presión vendedora en los mercados de valores europeos, en los que los principales índices llegaron a perder algo más del 1%.

El leve repunte del precio del petróleo, del 1,53% en Nueva York y del 0,70% en Londres, no hizo más que recordar a los inversores cuál es el problema de fondo, con lo que no quedaba más que actuar en consecuencia.

El Ibex 35 perdió ayer el 0,82% y cerró en 10.721,80 puntos, aunque en los peores momentos del día llegó a perder incluso el nivel de los 10.700 puntos.

En la Bolsa española esta sesión se consideraba como un paréntesis entre dos jornadas de actividad, pero las circunstancias la han convertido en cualquier cosa menos en un día festivo. La contratación en el Mercado Continuo se mantuvo en los niveles de los días anteriores, con 2.217,71 millones de euros en operaciones "abiertas" y poco más de 400 millones en operaciones institucionales. La concentración de la actividad en torno a los grandes valores fue mayor de lo habitual, con el 71% del total del negocio acaparado por seis sociedades.

Entre las escasas noticias económicas de esta sesión estaba el dato del IPC definitivo del mes de septiembre en Alemania, que subió el 0,4% y situó la tasa de inflación interanual en el 2,5%. Este dato hizo que la Bolsa de Francfort sufriera la mayor caída entre los grandes mercados europeos, con el 1,01%, mientras que la Bolsa de París y la de Londres bajaban el 0,76% y el 0,72%, respectivamente.

La Bolsa de Nueva York, por su parte, continúa frenada por la evolución de los precios del petróleo y porque algunos resultados empresariales no presagian nada bueno. Los problemas del sector de automoción se han sumado a una situación de desconfianza bastante extendida, hasta el punto de que el índice Dow Jones ya acumula una caída anual de más del 5% frente a ganancias del 17% en Japón y que llegan hasta el 20% en Europa.

El mercado secundario de deuda pública registró una nueva caída de los precios, con lo que la rentabilidad del bono a 10 años subía hasta el 3,21% al cierre de ayer.