Antonio Güell, secretario general de ESADE
El fallecimiento inesperado del profesor Antoni Güell, además de dejar sumidos en un profundo dolor a su mujer e hijos, supone una gran pérdida para ESADE. Desde los años setenta, el profesor Güell había sido parte de la élite dirigente de la institución, que ha diseñado y administrado su cambio y adaptación a las nuevas realidades de la empresa y de la enseñanza universitaria; en esa medida ha sido también responsable de los éxitos internacionales que ha cosechado. Tenía una sólida formación en Filosofía, Ciencias Sociales y Sociología, que le daban instrumentos para enfrentar con provecho las nuevas tendencias. Aunque era ingrata su tarea docente de hacer pensar en la sociedad que los rodea a jóvenes alumnos que comenzaban sus estudios en ESADE, siempre supo adoptar la pedagogía que requerían las peculiaridades culturales de las nuevas generaciones. Es cierto que su docencia lo mantuvo siempre joven y abierto al cambio.
Persona respetada y querida por la comunidad universitaria de ESADE, su autoridad formal e informal nunca fue discutida y más bien gustosamente aceptada. En apariencia serio y formal, pronto descubrían en él quienes le trataban una fuente inagotable de fina ironía y sano humor, que ayudaba tanto a las personas como a los colectivos de que formaba parte a que tomaran los temas en su debida proporción, sin exageraciones, ni fanatismos. En él resplandecían las mejores cualidades del seny.
Se le había encomendado la tarea de fortalecer la presencia de ESADE en Madrid, tarea a la que estaba dedicando sus energías con inteligencia y éxito. Fue precisamente en el puente aéreo en que regresaba a casa, cuando comenzó a experimentar los síntomas de la enfermedad que lo llevaría a la muerte.
El recuerdo de su presencia en ESADE continuará por mucho tiempo afectando decisiones y políticas, por medio de la pregunta. ¿Qué haría Toni Güell en este caso?-
