Los héroes de las verduras
Vuelven las aventuras de Wallace y Gromit en un largometraje animado que dirige Nick Park
Un plató del tamaño de un campo de fútbol, con 30 decorados diferentes. Unos 300 conejos y 25 copias de cada personaje y alrededor de 250 empleados, entre ellos 30 animadores encargados de producir tres segundos de metraje al día. Más de cinco años empleados en terminar un proyecto que tardó 18 meses en rodarse. El resultado, un sueño hecho realidad: Wallace & Gromit, la maldición de las verduras, que se estrena hoy en España. "A veces el resultado ha sido rodar una semana entera para conseguir dos minutos de película. Todo un logro", confiesa emocionado Nick Park, director de la película junto a Steve Box, durante su paso por Madrid para presentar el filme.
No se trata de un producto del azar. El particular encanto del dúo de muñecos de plastilina -Wallace, un loco inventor, y Gromit, su perro fiel- que Park creó cuando aún estaba en la universidad, ya le merecieron tres oscars en la categoría de Mejor Cortometraje de Animación: Creature Comforts (1990), The Wrong Trousers (1993) y A Close Shave (1995). "Siempre me pareció que los tres cortos eran un largo frustrado, pero necesitaba del apoyo de una gran compañía y una idea adecuada. Lo que funciona en un corto no necesariamente tiene que funcionar para un largo", añade. Y llegó el momento de la mano de Dreamworks y Aardman Features. Después del filme de Aardman Rebelión en la granja (2000), el director vuelve a la técnica stop-motion (foto fija animada), en la que la acción se rueda fotograma a fotograma.
A pesar de que parece un trabajo extremadamente meticuloso, delicado y artesanal, en el que los profesionales pasan largas horas dando movimiento milímetro a milímetro a muñecos inanimados, Park afirma que prefiere la técnica de stop-motion frente a la animación digital, la cual desmitifica: "No es cierto que la animación digital sea más barata ni más rápida. La foto fija animada es un 30% más económica". Pero sobre todo, su preferencia se basa en el toque humano de los muñecos de plastilina. "Me gusta ver cómo se quedan las huellas de los dedos de los animadores sobre los muñecos", comenta. Para el cineasta la clave del éxito consiste en "saber narrar una historia con ideas originales, algo que afecta a todos los géneros".
El argumento de la película se centra en las aventuras de la pareja Wallace y Gromit, el equipo encargado de acabar con los conejos que se comen las cosechas de verduras. Un dúo muy humanitario que se enfrenta al problema de la alimentación de los conejos capturados, a los que mantienen en cautiverio en el sótano de la casa. Wallace, un caballero inglés e inventor loco, amante del queso, empieza a experimentar con ellos la posibilidad de cambiar su instinto natural de devoradores de vegetales con una máquina de manipulación mental. El negocio va viento en popa hasta que un conejo-lobo, una especie de monstruo nocturno, empieza a atacar y devastar los huertos del pueblo justo cuando se acerca el Concurso Anual de Verduras Gigantes, que desata una vegetalmanía en el pueblo. Acción, suspense, terror y amor son los ingredientes que se añaden al guión, escrito por Nick Park, Steve Box, Bob Baker y Mark Burton.
Park nunca tuvo dudas sobre rodar la película casi en su totalidad, alrededor de un 90%, en foto fija animada. "Para mí la plastilina es ideal para transmitir la expresividad humana, pues se hace fotograma por fotograma. Son segundos a base de movimientos pequeñitos. La película en formato digital no hubiera conseguido el mismo resultado", puntualiza. No obstante, el director reconoce que la plastilina "tiene sus limitaciones", por lo que también recurrió a la animación por ordenador para conseguir efectos especiales, como el agua, el humo y el polvo.
En los cortos anteriores protagonizados por la pareja no había una gran variedad de personajes, pero en La maldición de las verduras han tenido que diseñar, bajo la responsabilidad de Jan Sanger, todo un vecindario de muñecos; cada uno de ellos creado con un armazón metálico que sirve de esqueleto y moldeado con una mezcla especial de plastilina llamada Aard-maix, que aguanta un poco más que la normal. Una multitud justificada, según el director, ya que la película está inspirada en el cine clásico de terror. "Ése era el punto donde quería llegar: conquistar el género de terror, pero en clave de comedia, para lo que se necesita una muchedumbre enfadada". En el largometraje abundan los homenajes a películas como El hombre lobo o King Kong. "Intenté hacer un guiño a películas que me cautivaron durante mi infancia", explica.
La película original mantiene la voz de siempre de Wallace, del actor británico Peter Sallis. Para los nuevos personajes protagonistas se suman las de Ralph Fiennes como Víctor y la de Helena Bonham Carter como Lady Tottington. Precisamente es el novio de esta actriz, Tim Burton, con su filme La novia cadáver, uno de los principales rivales para competir por el Oscar al Mejor Largometraje Animado del próximo año.
Babelia
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