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Crónica:FÚTBOL | Partidos de vuelta de la Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Adiós por falta de gol y de ideas

Osasuna, eliminado por el Stade Rennais, un rival teatral que desquició al equipo navarro

No hubo ocasión para el milagro. Osasuna perdió el tren europeo en la ronda previa. Tras catorce años de ausencia, los navarros se encontraron lastrados por una notable falta de ideas ofensivas, que facilitó la labor de su rival francés, que sólo tuvieron que actuar de frontón para alejar el escaso peligro aéreo creado por los delanteros locales.

El Stade Rennais apeló a las cavernas del fútbol para despejar la presión continua de los locales. El patetismo de esta decisión llegó hasta tal extremo que el entrenador de los franceses, Boloni, dejó en el banquillo al delantero Frei, el mejor jugador de la plantilla. Además, desde el primer minuto, los de Rennes no escatimaron teatro, pérdidas de tiempo y artimañas arrabaleras para sacar de quicio a los navarros.

OSASUNA 0 - STADE RENNAIS 0

Osasuna: Ricardo; Javier Flaño, Cruchaga (Romeo, m. 80), Cuéllar, Corrales; Sosa (Valdo, m. 45), Raúl García; David López, Webó, Delporte (Moha, m. 68); y Milosevic.

Stade Rennais: Isaksson; Doumbé, Adailton, Faty, Edman; Hadji, Bourillon, Didot (Gourcouff, m. 63), Kallstrom, Monterrubio (Brian, m. 89); y Utaka (Frei, m. 82).

Árbitro: Kasnaferis (Grecia). Amonestó a Raúl García, Adailton, Sosa, Flaño y Edman.

17.227 espectadores en El Sadar.

Durante la primera mitad, Osasuna no supo leer el partido. Se empeñó en los pases desde los laterales, desperdiciando las variantes por el centro y los tiros lejanos. Milosevic se descolgó del ataque tratando de llevar los balones desde atrás, pero su obsesión resultó vana por su falta de conducción y por la escasa presencia de Webó. Los de Aguirre llegaban en bloque y fluidamente, pero sin peligro. Sin embargo, con sólo dos estirones, los franceses sembraron más pánico que el goteo continuo de aproximaciones navarras.

La remontada parecía improbable, por lo que tras el descanso, el equipo rojillo optó por verticalizar el equipo. Valdo sustituyó a Sosa y David López pasó a facetas de creación desde el mediocampo. Todo un acierto, pero que no prosperó.Los navarros confiaron más en Raúl García y el fútbol se transformó. Valdo y Webó por fin probaron a Isaksson. El camerunés cabeceó en dos ocasiones consecutivas, la primera al palo, y enervó a la afición pamplonesa. Al minuto, Monterrubio respondía con una volea desde fuera del área que también tocaba la madera.

El cerco era rojillo, pero el Stade Rennais guardaba más pólvora en sus acciones. A la contra, los franceses mostraron su superioridad física y también su picardía. Los de Aguirre murieron en un esfuerzo desbocado, con todos los nervios que impone el cronómetro. Pero ni aun así consiguieron batir a los galos, que aprovecharon su mayor altura y su mejor posicionamiento en defensa para desmantelar las decenas de pases altos que atravesaron el área defendida por Isaksson. La escasez de ideas ofensivas seguía siendo preocupante y el calco fracasó. Sólo Moha, con dos tiros desde la frontal, puso un poco de emoción en un partido que murió sin movimientos en el marcador. Osasuna cayó por donde más extrañaba, por la ausencia de gol y no por los golers encajados. Ni el público ni el equipo marcaron.

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