_
_
_
_
_
Crítica:ROCK | Ska-P
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los héroes del barrio

Tras 11 años de agitada vida, en la que el combo vallecano ha paseado su personal visión del ska-punk reivindicativo y festivo por los escenarios del mundo entero, Ska-P dicen adiós con una última gira que comenzó en abril y que les ha llevado a lo largo de 50 conciertos por toda España y Alemania, Francia, Italia, Suiza y Hungría.

El adiós definitivo de Pulpul, voz y guitarra; Pipi, coros y animación escénica; Joxemi, guitarra; Julio, bajo; Luismi, batería, y Kogote, teclados, se produjo en Leganés y concitó una muchedumbre intergeneracional de la misma extracción social: jóvenes -y no tan jóvenes- de barrio, alejados del prototipo de chaval que aparece en los anuncios publicitarios y convencidos de que la vida es siempre un valle de lágrimas para aquellos que parecen condenados desde la cuna a un entorno social desfavorecido.

Ska-P + Mamá Ladilla + No Relax

Pulpul, voz y guitarra; Pipi, coros y animación escénica; Joxemi, guitarra; Julio, bajo; Luismi, batería, y Kogote, teclados. Plaza de toros La Cubierta de Leganés. 19,50 euros. Madrid, 24 de septiembre.

Por eso Ska-P, grupo de esquema simple y mensajes nítidos -antifascismo, desobediencia, legalización de las drogas blandas, contra la pena de muerte, por la redistribución de la riqueza-, han calado tan bien en la pasada década y dejan una legión de fans desconsolados en estos tiempos de inciertos ideales.

En su último concierto sonaron de modo vibrante, y con la compañía de más de 9.000 gargantas al unísono, los temas más conocidos del grupo: Antifascista, Que les den por culo, Juan sin tierra -dedicado a Víctor Jara-, Romero el madero, Intifada, El vals del obrero, Quiero bailar ska y Seguimos en pie, entre otros. Canciones que, si bien no son un prodigio de sutilidad y elegancia, sí resultan una piedra arrojada a la cara de quien se niega a ver otra verdad que no sea la oficial.

Se disfrazó, como siempre, Pipi de policía antidisturbios, de obrero, de preso del corredor de la muerte o de Tío Sam con zancos y guadaña para animar el cotarro ante el delirio colectivo. También aparecieron los jugadores del Rayo Vallecano -¿qué le parecerá a doña Teresa Rivero este encaje entre el equipo y los Ska-P? - para entonar con el grupo el Vamos, Rayito, y la banda ofreció también el micrófono a varios jóvenes a los que se pide tres años de cárcel por oponerse a las ETT y a un joven que habló en nombre de la emisora de televisión vallecana Tele K, que mantiene un contencioso con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a costa del canal 40, que ella quiere okupar a su vez para La Otra.

Gran concierto para decir hasta siempre el de estos héroes del barrio, que ya se han embarcado en proyectos individuales como No Relax o The Locos. ¿Qué menos que desearles la mejor suerte del mundo?Tras 11 años de agitada vida, en la que el combo vallecano ha paseado su personal visión del ska-punk reivindicativo y festivo por los escenarios del mundo entero, Ska-P dicen adiós con una última gira que comenzó en abril y que les ha llevado a lo largo de 50 conciertos por toda España y Alemania, Francia, Italia, Suiza y Hungría.

El adiós definitivo de Pulpul, voz y guitarra; Pipi, coros y animación escénica; Joxemi, guitarra; Julio, bajo; Luismi, batería, y Kogote, teclados, se produjo en Leganés y concitó una muchedumbre intergeneracional de la misma extracción social: jóvenes -y no tan jóvenes- de barrio, alejados del prototipo de chaval que aparece en los anuncios publicitarios y convencidos de que la vida es siempre un valle de lágrimas para aquellos que parecen condenados desde la cuna a un entorno social desfavorecido.

Por eso Ska-P, grupo de esquema simple y mensajes nítidos -antifascismo, desobediencia, legalización de las drogas blandas, contra la pena de muerte, por la redistribución de la riqueza-, han calado tan bien en la pasada década y dejan una legión de fans desconsolados en estos tiempos de inciertos ideales.

En su último concierto sonaron de modo vibrante, y con la compañía de más de 9.000 gargantas al unísono, los temas más conocidos del grupo: Antifascista, Que les den por culo, Juan sin tierra -dedicado a Víctor Jara-, Romero el madero, Intifada, El vals del obrero, Quiero bailar ska y Seguimos en pie, entre otros. Canciones que, si bien no son un prodigio de sutilidad y elegancia, sí resultan una piedra arrojada a la cara de quien se niega a ver otra verdad que no sea la oficial.

Se disfrazó, como siempre, Pipi de policía antidisturbios, de obrero, de preso del corredor de la muerte o de Tío Sam con zancos y guadaña para animar el cotarro ante el delirio colectivo. También aparecieron los jugadores del Rayo Vallecano -¿qué le parecerá a doña Teresa Rivero este encaje entre el equipo y los Ska-P? - para entonar con el grupo el Vamos, Rayito, y la banda ofreció también el micrófono a varios jóvenes a los que se pide tres años de cárcel por oponerse a las ETT y a un joven que habló en nombre de la emisora de televisión vallecana Tele K, que mantiene un contencioso con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a costa del canal 40, que ella quiere okupar a su vez para La Otra.

Gran concierto para decir hasta siempre el de estos héroes del barrio, que ya se han embarcado en proyectos individuales como No Relax o The Locos. ¿Qué menos que desearles la mejor suerte del mundo?Tras 11 años de agitada vida, en la que el combo vallecano ha paseado su personal visión del ska-punk reivindicativo y festivo por los escenarios del mundo entero, Ska-P dicen adiós con una última gira que comenzó en abril y que les ha llevado a lo largo de 50 conciertos por toda España y Alemania, Francia, Italia, Suiza y Hungría.

El adiós definitivo de Pulpul, voz y guitarra; Pipi, coros y animación escénica; Joxemi, guitarra; Julio, bajo; Luismi, batería, y Kogote, teclados, se produjo en Leganés y concitó una muchedumbre intergeneracional de la misma extracción social: jóvenes -y no tan jóvenes- de barrio, alejados del prototipo de chaval que aparece en los anuncios publicitarios y convencidos de que la vida es siempre un valle de lágrimas para aquellos que parecen condenados desde la cuna a un entorno social desfavorecido.

Por eso Ska-P, grupo de esquema simple y mensajes nítidos -antifascismo, desobediencia, legalización de las drogas blandas, contra la pena de muerte, por la redistribución de la riqueza-, han calado tan bien en la pasada década y dejan una legión de fans desconsolados en estos tiempos de inciertos ideales.

En su último concierto sonaron de modo vibrante, y con la compañía de más de 9.000 gargantas al unísono, los temas más conocidos del grupo: Antifascista, Que les den por culo, Juan sin tierra -dedicado a Víctor Jara-, Romero el madero, Intifada, El vals del obrero, Quiero bailar ska y Seguimos en pie, entre otros. Canciones que, si bien no son un prodigio de sutilidad y elegancia, sí resultan una piedra arrojada a la cara de quien se niega a ver otra verdad que no sea la oficial.

Se disfrazó, como siempre, Pipi de policía antidisturbios, de obrero, de preso del corredor de la muerte o de Tío Sam con zancos y guadaña para animar el cotarro ante el delirio colectivo. También aparecieron los jugadores del Rayo Vallecano -¿qué le parecerá a doña Teresa Rivero este encaje entre el equipo y los Ska-P? - para entonar con el grupo el Vamos, Rayito, y la banda ofreció también el micrófono a varios jóvenes a los que se pide tres años de cárcel por oponerse a las ETT y a un joven que habló en nombre de la emisora de televisión vallecana Tele K, que mantiene un contencioso con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a costa del canal 40, que ella quiere okupar a su vez para La Otra.

Gran concierto para decir hasta siempre el de estos héroes del barrio, que ya se han embarcado en proyectos individuales como No Relax o The Locos. ¿Qué menos que desearles la mejor suerte del mundo?Ska-P + Mamá Ladilla + No Relax Pulpul, voz y guitarra; Pipi, coros y animación escénica; Joxemi, guitarra; Julio, bajo; Luismi, batería, y Kogote, teclados. Plaza de toros La Cubierta de Leganés. 19,50 euros. Madrid, 24 de septiembre.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_