_
_
_
_
_
Crónica:CIENCIA FICCIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

¿Odias las arañas? A ellas tampoco les gustas

"NO SON ALIENÍGENAS. Son arañas mutadas por residuos tóxicos", advierte la autoridad de Prosperity (Arizona), villorrio estadounidense, tras la cadena de acontecimientos desencadenada por la caída fortuita de un bidón de productos químicos de desecho en el lago cercano. La contaminación afecta progresivamente a la fauna autóctona, incluidas las arañas exóticas del criadero local. Y éstas comienzan a crecer desmesuradamente... La sheriff Parker (Kari Wuhrer) y unos vecinos concienciados, encabezados por Chris McCormack (David Arquette), serán los héroes anónimos encargados de hacer frente a la amenaza aracnil. Arac Attack (Eight Legged Freaks, 2002), de Ellory Elkayem, es un homenaje, sin llegar a la parodia (aunque, en palabras de su productor: "No debe tomarse muy en serio a sí misma"), a las películas de monstruos que tanto éxito cosecharon en los años 1950.

Si por entonces, acorde con los tiempos, era la radiactividad la causa de las mutaciones de cualquier bicho viviente (hormigas, langostas...), ahora son los residuos que la frenética actividad industrial genera. Por lo demás, nada que no hayamos visto ya antes. Eso sí, mientras en Tarántula (1955), aparecía sólo una araña gigante, ahora los efectos especiales digitales permiten recrear decenas de arañas agigantadas saltarinas, incluida una voluminosa araña hembra reina. "Las arañas han doblado, no, han quintuplicado su tamaño", acierta a decir uno de los personajes en plena retirada hacia la protección del hipermercado local.

La incorrecta descripción del testigo directo de la toma del pueblo por los arácnidos debe deberse a la situación catastrófica que está viviendo. Pero tampoco resulta acertada la afirmación posterior de que las arañas gigantes guardan una relación 7 a 1 con los humanos, que significaría arañas de unos 12 metros.

Las dimensiones de las arañas de las 35.000 especies conocidas se hallan comprendidas entre 1 y 9 centímetros, aproximadamente. Las arañas gigantes del filme, excepción hecha de la araña hembra que tiene un tamaño tres veces mayor, no sobrepasan los dos metros. Lo cual significa un factor de escala de ampliación (relación entre el tamaño de la gigante y el de la normal) de 200 si se toma el tamaño de las arañas reales más pequeñas (alrededor de un centímetro) como referencia, en vez del valor 1.200 que la relación 7:1 representa.

Aceptado el aparatoso y fotogénico fluido verdoso que constituye su sangre (no existe bicho de la ficción que no suelte un repulsivo líquido de este color), lo más llamativo de estas arañas desmesuradas en su agilidad y los saltos de varios metros que dan. Algo sorprendente y fuera de lugar pues las leyes de escala imponen restricciones a las habilidades que estos seres agigantados deberían mostrar.

Mientras sus congéneres reales pueden ejecutar saltos que superan en varias veces sus tamaños, las arañas gigantes de la ficción tendrían muchos, demasiados, problemas para levantar sus formidables corpachones de unas 8 toneladas de peso (para un factor de escala de 200 y 1 gramo de peso de la araña real).

En otro orden de cosas, las especies de arañas que tienen ojos, presentan cuatro pares, muy sencillos, pero su visión es muy deficiente. Disponen, en cambio, de otros sentidos muy desarrollados. El tacto: perciben las vibraciones ocasionadas por los animales que caen en sus telarañas. El oído, por eso los protagonistas del filme no se cansan de pedir silencio puesto que el ruido las atrae. Y el olfato: como se comenta acertadamente en el filme, "Tienen un olfato muy desarrollado. El perfume las desorientará". Un frasco de perfume siempre viene bien para deshacerse de molestas amenazas.

En general, son carnívoras y se alimentan de presas vivas. Sin embargo, su mala fama no justifica la tirria que sienten por los humanos. Aunque, en esta ocasión, no tengan, como es habitual en este tipo de seres agigantados, una predilección especial por las féminas de nuestra especie. ¿Para qué perseguir a los escurridizos humanos cuando para alimentarse sin demasiadas complicaciones bastaría con asaltar una granja de animales? Un error final relacionado con la química. En una de las escenas dentro de la mina, Chris nota la presencia de gas metano por su olor. Cierto si se tratase de gas metano doméstico al que se le añade olor para su rápida detección. Pero el metano natural es inodoro.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_