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Reportaje:

O eres socio o no juegas

El Barça exige a los niños de las secciones 'amateurs' que se afilien al club

Muy condicionada por la deuda del club, que asciende a 205 millones, y dispuesta a rentabilizar hasta el más mínimo detalle que lleve los colores azulgrana, la junta que preside Joan Laporta ha decidido gestionar sus secciones no profesionales (rugby, béisbol, hockey sobre hierba y sobre hielo, patinaje, atletismo y voleibol), siempre deficitarias, como escuelas deportivas -escuelas FC Barcelona, se llaman-, con matrícula, cuota trimestral -mensual en el hockey sobre hielo y el patinaje-, y desde esta temporada impone además un nuevo requisito: la obligatoriedad de ser o hacerse socio de la entidad para poder jugar en las divisiones inferiores de las mismas.

"El hecho de ser socio será imprescindible; es algo que no se discute", afirma Gaby Cairo, ex jugador del Barça de hockey sobre patines y actual gerente de las divisiones no profesionales. "Buscamos que las secciones no profesionales, que siempre han sido deficitarias, creen al menos una identificación con el club, una masa social", explica el argentino. Algunos responsables de secciones, conscientes de la dificultad que supone para algunas familias asumir estas cantidades, aseguran que serán laxos a la hora de aplicar la nueva normativa. La obligatoriedad de ser socio implicará que para formar parte de las categorias inferiores de las secciones aficionadas del club los chavales paguen un mínimo de 134 y un máximo de 347 euros al año, incluyendo cuota y matrícula.

Los canteranos de siete deportes tendrán que pagar el carné, una cuota y la matrícula

Josep Cubells, directivo responsable de las secciones no profesionales, asegura que "el hecho de no tener que ser socio tampoco había aumentado el número de practicantes" y añade que las secciones no profesionales "estaban un poco muertas". "Queremos hacer una marca Barça y dar un plus de calidad a nuestros socios", agrega Cubells. De acuerdo a un estudio realizado por el club, de los 1.200 practicantes que el año pasado se contabilizaban entre las secciones afectadas, entre niños y jugadores de los primeros equipos, sólo un 8% eran socios del Barça. "No es correcto; deben estar más identificados con el club", apunta Cairo, seguidor de Boca y socio azulgrana por "obligación moral".

El dinero que se recaude, explica Cairo, será íntegramente reinvertido en las secciones, con la intención de "mejorar el servicio" que ofrecen y "cubrir algunos gastos extras que hasta ahora no entraban en el presupuesto". Sí entraban, según explica, las inscripciones, traslados y estancias de las competiciones oficiales. El padre de un niño de la sección de hockey hielo, sin embago, lo desmiente: "El año pasado pagué de mi bolsillo los desplazamientos, la inscripción y las mensualidades correspondientes. Ahora, además, le he tenido que hacer socio". Según explica, el bolsillo de algunos padres ya no da para más. "Yo puedo pagar; otro no. Y ahora pago por ser socio, que da privilegios rídiculos". Los nuevos socios no tienen derecho a presenciar los partidos del primer equipo por falta de aforo -hay que comprar un abono o participar en los sorteos de entradas- y para acudir al Palau Blaugana se precisa un abono y, además, desde el año pasado, tener el carnet de socio del Barcelona.

Según un ex jugador de la sección de hockey hielo, a la que perteneció desde 1990 hasta 1999, en sus tiempos las cosas eran distintas: "Pagué cuando entré en la escuela, pero tan pronto pasé a jugar en categoría infantil dejé de hacerlo". Lejos de tener que hacerse socio, el club le facilitaba un carnet con el que podía asistir a partidos en el Palau e incluso en el Camp Nou: "Nos avisaban durante la semana: 'el domingo podeis ir al campo'. Y si podíamos, íbamos". Y así se hizo cule. La práctica adoptada por el Barcelona también la utilizan otras entidades deportivas.

Joan Laporta.
Joan Laporta.VICENS GIMÉNEZ

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