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Crónica:FÚTBOL | Internacional
Crónica
Texto informativo con interpretación

Drogba frustra la fiesta de Wenger

El Chelsea vence al Arsenal y estropea los 500 partidos del técnico francés con los 'gunners'

A su manera, con su fútbol de acero, el Chelsea estropeó la fiesta del técnico del Arsenal, Arsène Wenger, que cumplía 500 partidos en la Liga inglesa con los gunners. Bastó un gol Drogba (m. 73) en Stamford Bridge, un rodillazo fortuito tras un centro al área de Lampard (1-0). Es el tercer tanto de Drogba en este arranque de temporada. "Estoy decepcionado, porque tuvimos la posesión del balón", afirmó, tras el encuentro, Wenger. El preparador francés, de 56 años, ha sido uno de los señores del fútbol inglés en los últimos años, no así en Europa, donde se ha quedado atrancado en los cuartos de final de la Champions. Wenger llegó de puntillas a Londres en 1996. 12 años antes, el enigmático y cultivado francés, de origen alsaciano, entrenó al Nancy, pasó tres cursos en el Mónaco y probó en el club de Toyota en Japón. Según su biografía, The Making of a Legend, de Jasper Rees, Wenger es "un eremita" cuyo altar es una pantalla de televisión que pasa partidos hasta bien entrada la madrugada. Es el técnico que cambió la cultura del one-nil (uno-cero) del Arsenal por la de un juego más atractivo. Así lo reconoce el fan más famoso de los gunners, el escritor Nick Hornby, que dijo de él antes de la irrupción del Chelsea: "Que el Manchester y el Arsenal se disputen la supremacía de la Liga no es por un orden natural, sino por culpa enteramente de Wenger".

"Para mí es como si hubiera llegado ayer a Highbury", ha manifestado el preparador galo, que recibió esta semana grandes elogios de su rival de ayer, José Mourinho, por alcanzar la cifra de los 500. En sus nueve cursos en Highbury, ha logrado siete títulos: tres ligueros y cuatro de Copa, con 294 victorias, 116 empates y 90 derrotas, 912 goles marcados y 467 encajados.

Ayer, Cesc fue titular en el Arsenal y Del Horno en el Chelsea. El choque, muy gris, mejoró en la segunda parte, cuando Mourinho introdujo a sus dos rutilantes fichajes: el centrocampista ghanés Essien, por el que el Chelsea pagó 38 millones al Olympique de Lyón, que debutó al sustituir a Gudjohnsen; y Wright-Phillips, del Manchester City, que suplió a Robben. El Chelsea, a su vez, también rompió ayer con los 10 años invicto que llevaba el Arsenal en la Liga inglesa respecto a sus vecinos del oeste de Londres.

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