Los familiares del fallecido el sábado en el Parque Warner se quejan de negligencias
El centro de ocio dice que la víctima no cumplió las normas de seguridad de la atracción
Un portavoz del Parque Warner aseguró ayer que el funcionamiento de la atracción en la que murió el sábado Francisco Javier Infantes, de 22 años, y la actuación de los trabajadores fueron "correctísimas" y que la investigación policial determinará que el accidente lo provocó el fallecido, al no seguir las instrucciones y levantarse del asiento. El padre de la víctima se preguntó cómo es posible que su hijo moviera la barra de seguridad, por qué nadie del parque notó que había abandonado el asiento, y la razón por la que la atracción no paró, pese a estar arrollando a su hijo.
Los responsables del Parque Warner -del que la Comunidad de Madrid es accionista mayoritaria, con una participación del 43,6%- aseguraron ayer que la atracción en la que murió el sábado Francisco Javier Infantes funcionó perfectamente, salvo que él se zafó de la barra de protección y se levantó del asiento.
Infantes, un sevillano de 22 años, falleció el pasado sábado a consecuencia de las heridas que sufrió al ser arrollado por el mecanismo de la atracción llamada El hotel Embrujado.
Una portavoz del complejo de ocio se mostró convencida de que las investigaciones policiales probarán que el accidente lo provocó la propia víctima por su "falta de seguimiento de las clarísimas instrucciones de uso de la atracción". Las normas se pueden leer antes de entrar en la atracción y después se recuerdan por megafonía, según un comunicado emitido anoche por el parque. Entre ellas, está la obligación de no levantarse del asiento.
Sin embargo, para la familia de la víctima los hechos que rodearon el accidente no son tan claros. Francisco Infantes Nava, padre del fallecido, denuncia que existieron varias negligencias en el control de la instalación. "En primer lugar no entiendo cómo mi hijo pudo abrir una barra que se llama de seguridad; en segundo lugar, me pregunto cómo nadie de la organización se dio cuenta de que no estaba en su asiento, y, por último, me gustaría saber cómo ningún trabajador paró la atracción cuando estaba pasando por encima de mi hijo", planteó.
Su hijo llegó a Madrid el viernes con su novia, su hermana y un amigo. Iban a pasar unos días con su familia madrileña y querían conocer el Parque Warner. El sábado acudieron a las instalaciones, situadas en San Martín de la Vega. A las 16.00 se encontraban en El hotel embrujado.
Después de pasar por varias salas, accedieron a un recinto en el que los visitantes se sientan en unas gradas, para ver un espectáculo que incluye el movimiento de la estructura exterior de la estancia, como si el suelo y el techo estuvieran invertidos.
En un mismo asiento se situaron el fallecido, su novia y su primo, Eduardo Fernández. Dos trabajadores del parque les indicaron que dejaran todos los objetos en el suelo y levantaran los brazos, según cuenta este último. "En ese momento se cerró la barra de seguridad, que era la misma para los tres, y se supone que quedaba fija", relató Fernández.
"De repente, y antes de que se empezara a mover la máquina, vi a mi primo que se había levantado del asiento. Pasó por detrás de mí y se dirigió hacia la entrada. Se quedó apoyado en la pared", agregó. "En ningún momento noté que forcejeara con la barra de seguridad. Además la barra se movía hacia delante y dejaba una holgura de uno 40 ó 50 centímetros, suficiente para que él saliera. Es más, cuando le estaba arrollando la máquina, su novia intentó lanzarse fuera. Yo la tuve que sujetar porque salía perfectamente por el hueco que dejaba la barra".
El parque mantiene sin embargo que, durante las pesquisas que la Policía hizo nada más ocurrir el accidente, dos agentes intentaron repetir los movimientos de la víctima y no pudieron abrir la barrera. La misma fuente indica que los trabajadores comprueban personalmente si la barra ha quedado fija.
El primo del fallecido aseguró ayer que a ellos nadie les revisó el sistema. Según su relato, cuando el fallecido estaba apoyado en la pared la maquinaria comenzó a funcionar. "Las paredes se empezaron a mover y arrastraron a mi primo por debajo de la atracción. Le vimos desaparecer y aparecer por el otro lado, para volver otra vez a desaparecer. La máquina le estaba machacando. Al final, salió despedido y cayó en las gradas de enfrente a donde estábamos sentados nosotros. Fue espantoso", subrayó.
La portavoz del parque explicó que existen cámaras fuera de la instalación que ofrecen planos del interior, aunque los trabajadores no apreciaron nada anormal. El sistema permite a los trabajadores comunicarse con el interior de la estancia, pero no escuchan el sonido que procede de ella.
Parón en la montaña rusa
Otro incidente ocurrió ayer por la tarde en el centro de ocio. Según confirmó el Parque Warner, 29 personas se quedaron colgadas durante 20 minutos en la montaña rusa Superman sobre las cuatro de la tarde. El sistema de seguridad detectó que el prefrenado no estaba libre y la montaña rusa paró automáticamente. No hubo heridos.
Una de las afectadas, Carol Otero, dijo que sufrieron dos parones: "El primero de unos cinco minutos cuando acababan de embarcar y, el segundo, en la primera cuesta de la montaña, a unos 30 metros del suelo, y el sol de frente".
La misma atracción sufrió un segundo parón cuatro horas más tarde, según Efe.
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