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El Ejército toma Jartum tras la muerte de 46 personas

El sucesor del vicepresidente Garang, fallecido el pasado sábado, llama al país a la calma

El Ejército de Sudán tomó ayer las calles de Jartum, capital del país, tras el estallido de violencia en el que han fallecido 46 personas, tras conocerse el lunes la muerte en un accidente aéreo del vicepresidente y ex jefe rebelde del sur, John Garang. La noticia desencadenó un enfrentamiento entre los sudaneses de las regiones meridionales y los compatriotas del norte. Salva Kiir, dirigente del Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM) y sucesor del vicepresidente que puso fin a 21 años de guerra civil, llamó ayer al país a la paz ante la creciente preocupación de la ONU.

Los enfrentamientos entre ciudadanos procedentes del sur y habitantes del norte de Sudán seguían ayer en Jartum, tras el anuncio de la muerte del vicepresidente John Garang, fallecido el pasado sábado en un accidente aéreo.

La muerte de 46 personas desde la mañana del lunes, según fuentes de la policía sudanesa, provocó la intervención ayer del Ejército. Las tropas, que se hicieron con el control del centro de la capital, intentaron contener los violentos disturbios en el barrio donde residía Garang antes de convertirse en jefe de la guerrilla, en 1983. Entonces, el Gobierno sudanés quiso imponer la ley islámica a todo el país, también a los territorios cristianos y animistas del sur, lo que desencadenó una guerra civil en la que murieron cerca de dos millones de personas, según Naciones Unidas. Los sudaneses naturales de las regiones meridionales consideran ahora un "asesinato" la muerte de Garang, quien se había convertido en vicepresidente el pasado 9 de julio tras firmar en enero un acuerdo de paz con el Gobierno.

El Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM), la antigua organización rebelde de Garang, eligió el lunes en Nairobi (Kenia) a Salva Kiir como sucesor del vicepresidente. El general Kiir, dirigente del SPLM y vicepresidente de facto, hizo ayer un llamamiento a la calma y a la convivencia pacífica. Ante la tensión de los últimos días y la preocupación de Naciones Unidas, que el lunes tildó de "tragedia" la muerte del dirigente sudanés, Kiir declaró que "nadie quiere la guerra" y abogó por mantener las condiciones del acuerdo de paz firmado el 9 de enero.

Los pactos entre los rebeldes y el Gobierno de Sudán abrieron la vía para una posible secesión de las regiones meridionales del país africano y acordaron compartir los beneficios de la venta de petróleo. El conflicto en la región sudanesa de Darfur (oeste), donde desde febrero de 2003 han muerto más de 10.000 personas al mes, se quedó sin embargo fuera del acuerdo. Garang, quien entonces se refirió a la paz como "el mejor regalo de año nuevo", será inhumado el próximo sábado en la ciudad de New Site, antiguo cuartel general de la guerrilla.

Dos hombres observan los vehículos destrozados por los manifestantes tras los enfrentamientos de ayer en Jartum.
Dos hombres observan los vehículos destrozados por los manifestantes tras los enfrentamientos de ayer en Jartum.EFE
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