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EL SUMARIO DEL 11-M

El último testigo protegido

El 4 de abril pasado, un ciudadano se presentó en una comisaría de policía de una localidad de Castilla-La Mancha para contar sus relaciones con Soufiane Raifak, marroquí, natural de Casablanca, con un procedimiento de expulsión en España por estancia ilegal.

El ciudadano relató que Soufiane Raifak tenía entre sus amistades a Rafa Zohuier, el confidente de la Guardia Civil encarcelado por ayudar a los terroristas del 11-M a conseguir la dinamita con la que perpetraron su atentado de Madrid.

El ciudadano explica a la policía, y posteriormente al juez, ante quien declaró en calidad de testigo protegido, que durante la limpieza de la casa que compartía con Soufiane, encontró la tarjeta de residencia de Zohuier, a quien reconoció como uno de los implicados en los atentados de un año antes. La policía, en base a ese testimonio, detuvo a Soufiane y halló en su poder pertenencias suficientes para reconstruir los hechos y plantearle al juez Juan del Olmo sus "fundadas sospechas de la participación del detenido en los atentados del 11-M, pudiendo haber sido una de las personas que habría colocado una de las mochilas bomba en alguno de los trenes a cambio de 3.000 euros". El juez ordenó prisión para Soufiane por colaboración con banda armada.

En el informe policial se sostiene que Jamal Ahmidan, El Chino, (que se encargó de conseguir la dinamita para el atentado y que se suicidó en Leganés junto a otros seis terroristas) y Zohuier "habrían ofrecido a diversas personas, entre las que se encuentra Soufiane, 3.000 euros por llevar una mochila a la estación de Atocha".

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