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Inditex asegura que cambió Girona por Zaragoza por falta de mano de obra

El grupo de Zara optó por ubicar en Aragón su gran centro logístico

La primera multinacional de la moda española, Inditex, decidió descartar Cataluña y optar por Aragón como sede de una gran plataforma logística porque en Girona "no encontró personal suficiente" que quisiera trabajar en dicho centro, según desveló ayer su vicepresidente, José María Castellano. El adiós a una inversión de 90 millones de euros y a 500 empleos levantó gran polvareda política en 2001, bajo el Ejecutivo de CiU, que llegó a anunciar el centro en Girona como ejemplo de su obra de gobierno, "y no del gobierno en la sombra".

"Sé muy bien lo que ocurrió. Lo negocié yo mismo. Hablamos con la Generalitat y acordamos que ubicaríamos el centro logístico en Girona, pero cuando estudiamos la situación nos encontramos con un problema: no íbamos a tener mano de obra", explicó Castellano, de paso por Barcelona.

El vicepresidente de Inditex, grupo más conocido por sus marcas Zara, Massimo Dutti, Bershka y Pull & Bear, aseguró que las dificultades para encontrar personal disponible se reducían en los meses de otoño e invierno. "De octubre a febrero no había problema, pero no hubo forma de garantizar gente para el resto del año. Parece que en la zona prefieren trabajar en los hoteles y en otras instalaciones turísticas", añadió, en un encuentro con un grupo de periodistas organizado por la Real Academia de las Ciencias Económicas.

Mientras Inditex estuvo sopesando dónde ubicar su plataforma logística complementaria al gran centro ubicado en Arteixo (A Coruña), llegó a hablarse de ampliar el territorio de la selección de candidatos y abrir una oficina en Perpiñán.

La decisión, más allá de su dimensión empresarial, tuvo considerable calado político. El entonces consejero de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat, Pere Macías, anunció cuatro meses antes de que Inditex tomara una decisión definitiva que el grupo de moda gallego estaba a punto de decidirse por Girona como núcleo de distribución de sus mercancías. Concretamente, por los terrenos de El Far d'Empordà y Vilamalla (Alt Empordà).

El propio presidente Jordi Pujol visitó la comarca y habló de la inversión millonaria de Inditex como ejemplo de la obra de su Gobierno, "y no del gobierno en la sombra", en alusión a los socialistas. Y el primer secretario del PSC, José Montilla, llegó a acusar al ex consejero de Industria Antoni Subirà de "mentir". Sin embargo, Castellano dio a entender ayer que existió un preacuerdo con la Generalitat -"Cataluña es clave para el grupo, supone un tercio de nuestro negocio", afirmó el vicepresidente y hasta ahora consejero delegado de Inditex, que ahora cede el segundo cargo a Pablo Isla- y que todo se truncó por la mano de obra.

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En todo caso, el Gobierno aragonés le facilitó las cosas: se comprometió a dar ayudas a la creación de empleo de acuerdo con la normativa comunitaria y a apoyar su plan para formar trabajadores. También proporcionó una relación de personas susceptibles de ser seleccionadas y recursos para la elección y la formación.

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