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Reportaje:

Una lección de experiencia

El escultor Andrés Nagel dice a los alumnos de Bellas Artes que el oficio se basa en expresar una forma de vida

Andrés Nagel (San Sebastián, 1947), escultor, grabador, pintor y fotógrafo, pisó ayer, por vez primera en los 25 años de vida de la Universidad del País Vasco (UPV), las aulas y talleres de la Facultad de Bellas Artes. Ayer se trasladó desde San Sebastián hasta Leioa para inaugurar una serie de encuentros de artistas vascos con los alumnos de Bellas Artes. A los artistas en fase de formación les trasladó una clase basada en su experiencia: "Está bien que la persona que se dedique a este oficio conozca los medios, para que los utilice o no los utilice. La facultad enseña la técnica; la cabeza la tienes que ir formando tú".

Nagel les dijo que el oficio no tiene secretos y que se equivocan quienes piensan que la pintura nace de la pintura o de una fórmula de laboratorio. "El planteamiento es expresar tu forma de vida".

El artista defendió que "la obra es un encadenamiento de elecciones personales"

En su primera visita a la UPV, Nagel recordó que no estudió Bellas Artes. Su base universitaria procede de la Escuela de Arquitectura, donde adquirió, explicó, "una estructura, un orden mental", que le ha ayudado en su carrera artística. "El peligro de Bellas Artes está en que la estructura sea demasiado rígida", señaló. El artista se sorprendió de que no abunde entre los creadores más jóvenes un estilo "más rompedor, más agresivo, menos aséptico y calculado", acorde con sus preocupaciones formales. "Fijan la atención en cómo presentar el producto, más que en el producto en sí". En los talleres de la facultad, sin embargo, descubrió "libertad". "He visto cosas muy diferentes en el mismo espacio".

Nagel entiende el arte como algo global, que como la propia vida se alimenta también de la música y de la literatura de cada época y defiende que ni el tema, ni las imágenes, ni los materiales elegidos tienen importancia al crear una obra. Son recursos, dijo, que el artista tiene a mano para dar forma a la idea, pero que luego olvida. ¿Y la fibra de vidrio que tanto ha utilizado para crear figuras? La razón de su elección es aún más simple: "Es barata, ligera y fácil de manejar. No necesitas un gran taller".

Nagel defendió "la libertad de acción sin prejuicios", una ventaja de los artistas que, en su opinión, se practica poco. En esa falta de ataduras encuentra el impulso para trabajar y terminar cada una de las obras que empieza aunque sea para destruirla, como muchas de su primera etapa que acabaron cortadas en pedazos con una rotaflex.

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A los estudiantes les reconoció las dificultades de crear obra pública que "depende de políticos a los que les importa un bledo", y la soledad del proceso de creación de cada pieza que compone una carrera artística. "La obra es un encadenamiento de elecciones personales del principio al fin", sentenció. "La única persona de cuyo criterio te puedes fiar eres tú mismo. Nadie te puede ayudar".

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