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Reportaje:TENIS | Roland Garros: tres españoles en los cuartos de final

"Me decía: 'No seas burro"

Nadal se recupera tras el lío del público y gana a Grosjean - Ferrer elimina a Gaudio, actual campeón, y se medirá al mallorquín

El regreso de Rafael Nadal a la pista central de Roland Garros resultó de lo más tranquilo. Estaba mentalizado para afrontar cualquier situación. Pero el público había cambiado y, cuando el francés Sebastien Grosjean; el árbitro, Damian Steiner, y él recuperaron sus puestos, sólo se escucharon aplausos. Los diez minutos de silbidos y las broncas constantes que, en la víspera, había recibido el juez de silla por negarse a bajar y mirar una bola que Grosjean había reclamado en el primer juego del segundo set, pasaron a mejor vida. La lluvia, que obligó a la suspensión con 6-4, 3-6 y 3-0 para Nadal, resultó el mejor antídoto. Y, recuperada la calma, el mejor juego de Nadal se acabó imponiendo. Ganó por 6-4, 3-6, 6-0 y 6-3 en 3 horas y 11 minutos.

"Cuando fallaba el saque, metía una 'caña' o el árbitro abría la boca, se armaba el follón. Me descentré"
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Sin embargo, aquella atípica situación antideportiva del público afectó a Nadal y le llevó a la pérdida de una manga, lo que en condiciones normales difícilmente habría ocurrido. "Grosjean luchó por esa pelota sabiendo que no tenía razón. Ahí salió todo lo de mi victoria sobre [Richard] Gasquet y la gente explotó sin razón ni educación", explicó ayer el español, pletórico y consciente de que había salvado un difícil momento: "Yo me decía: 'No seas burro; tú, a lo tuyo y olvídate de todo lo que pasa". Pero no lo consiguió: "No era fácil. Cuando fallaba el primer saque, metía una caña o el árbitro abría la boca, se armaba un follón. Y me descentré. Pero tuve la fuerza mental suficiente para remontar y colocarme con 3-0 en la tercera manga. Entonces recuperé la confianza porque suelo iniciar mis partidos con un break arriba. Ví que volvía a estar en mi nivel".

Cuando el ambiente estaba más encendido, Nadal se dirigió al árbitro para decirle que no cantara más los puntos porque cada vez que hablaba la pitada era espectacular. "Lo que tienes que hacer es calmar el ambiente entre punto y punto. Si no puedes, nos vamos al vestuario", le indicó. No obstante, ayer todo aquello era ya historia. Y Nadal retomó con claridad el mando. En 13 minutos convirtió el 3-0 en un 6-0 y luego cerró el partido con un definitivo 6-3.

Así de contundente cuadró Nadal su acceso a los cuartos de final del torneo parisiense, los primeros para él en un grand slam. La racha de victorias del balear se eleva ya a 21 partidos. Es el tenista que mejores resultados ha logrado este año en tierra batida y ha ganado consecutivamente los títulos de Montecarlo, Barcelona y Roma. Hoy se enfrentará al otro español emergente, David Ferrer, que está viviendo su ascenso en la clasificación a la sombra del mallorquín. Su duelo asegura al menos un español en las semifinales.

El de Xàbia, de 23 años, logró ayer una de las mejores victorias de su carrera al eliminar al vigente campeón, el argentino Gastón Gaudio, por 2-6, 6-4, 7-6 (7-5), 5-7 y 6-4. Tardó 4 horas y 5 minutos en asegurarse un puesto entre los ocho mejores. Y tuvo que superar un 4-0 en la quinta manga. "Estaba convencido de que aquello no podía seguir", comentó Javier Piles, su entrenador; "sabía que alguna reacción iba a tener porque lo mejor suyo es que es muy valiente en los finales de partido. Le puso agallas y vio que podía remontar".

Ferrer estuvo a punto de perderse para el tenis cuando tenía 17 años y regresó a su tierra alicantina tras haber estado tres años en la escuela de la federación catalana. "Entonces, no tenía claro qué hacer. Pero encontré a Piles en Dènia y comenzamos a trabajar juntos", recuerda. De allí se fueron a Valencia, a la academia Ball, que dirigía Pancho Alvariño, y comenzó una nueva etapa que le ha llevado hasta el 21º puesto de la clasificación mundial.

Esta temporada, Ferrer ha tenido una explosión notable, aunque algo más limitada que la de Nadal: "Rafa está a otro nivel. Con su juventud y su mentalidad, me parece algo sobrenatural. Igual en los próximos 100 años no sale otro como él. Creo que su aportación es importante para el tenis español y para todos nosotros. Y deberíamos aprender de su mentalidad". Al igual que él, es un luchador, un jugador que no da nada por perdido y que se bate hasta el último aliento. Ese espíritu le ha llevado a las semifinales de Viña del Mar (Chile), Miami y Roma, a la final de Valencia y a los cuartos de final de Montecarlo.

En su trayecto se encontró dos veces con Nadal, en Miami y Roma, y las dos perdió. Pero, en las semifinales del Foro Itálico, el mismo Nadal reconoció que Ferrer había jugado mejor. "Se lo agradezco", dijo ayer, "pero mañana [hoy] preferiría jugar algo peor y ganar". Ferrer podría entrar incluso en el top ten (los diez primeros) si se impone a Nadal, el quinto jugador del ránking.

Rafael Nadal, en una devolución forzada.
Rafael Nadal, en una devolución forzada.ASSOCIATED PRESS
David Ferrer lanza su raqueta al aire tras un error.
David Ferrer lanza su raqueta al aire tras un error.EFE

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