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Medio Ambiente finaliza los trabajos de urgencia por el incendio de Riotinto a los diez meses del siniestro

Más del 80% de los eucaliptales y pinares se sustituirán por alcornoques, encinas y arbustos

Alejandro Bolaños

En los parajes que rodean el centro de defensa forestal de Aznalcóllar (Sevilla) sólo quedan alcornoques jóvenes de troncos ennegrecidos de los que brotan algunas ramas verdes que parecen fuera de lugar. Ahora, el incendio que hace diez meses arrasó 27.000 hectáreas aquí y en otros 12 municipios de Huelva y Sevilla se rememora en una sucesión de colínas desnudas de árboles. Un paisaje fruto también de los obligados "trabajos de urgencia" culminados ya por la Consejería de Medio Ambiente, que ha retirado más de 60.000 metros cúbicos de madera quemada de pinos y eucaliptos.

La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, dio ayer por finalizada la primera fase de la actuación programada por su departamento para restaurar la zona afectada por el incendio de Riotinto, el mayor siniestro forestal registrado en los últimos años en Andalucía. Los "trabajos de urgencia" a los que hizo mención la consejera incluyen también otras 1.300 hectáreas colindantes que ardieron en otro fuego que se registró en junio.

A esta primera fase, en la que la Junta se ha gastado algo más de 17 millones de euros, seguirán ahora cinco años de restauración, una labor que costará al Ejecutivo otros 20 millones y que estará muy condicionada por las condiciones climatológicas. "La idea es empezar este otoño, pero dependerá de si llueve lo suficiente", indicó José Guirado, director autonómico de Gestión del Medio Natural.

"No hay precedente de ninguna actuación semejante en Andalucía y, seguramente, en España", sostuvo Guirado. La retirada de 60.000 metros cúbicos de madera quemada (hay otros 30.000 almacenadas en espera) ha exigido más de 1.200 viajes en camión. Y en el resto de tareas, orientadas a evitar la erosión de los suelos por la falta de vegetación y a preparar el terreno para la reforestación han llegado a trabajar más de 300 personas y 40 máquinas pesadas.

Además de la retirada de árboles quemados (casi todo pinar de reforestaciones antiguas, del eucaliptal afectado apenas quedó nada), las empresas contratadas por Medio Ambiente han construido más de 45.000 barreras para tratar de retener la humedad en las zonas de ladera. También han reparado 120 kilómetros de caminos, abastecen puntos de alimentación a las fauna salvaje y han reubicado todos los panales de abejas.

La Junta tiene "casi cerrado" el proyecto de reforestación. Guirado indicó que aún está por comprobar cuál es el grado de "recuperación natural" de la flora, una cuestión que no se ha podido evaluar ante la falta de lluvias (hay encinas, alcornoques y arbusto afectado que puede rebrotar con humedad suficiente). "El bosque mediterráneo tiene estrategias ante el fuego, lo que vamos a hacer es ayudar a la naturaleza", explicó Guirado.

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En realidad, la apuesta de la Junta supone un "cambio de modelo" con respecto a las técnicas de reforestación usadas hasta ahora. En vez de usar pinos para lograr una cobertura vegetal rápida, se opta por recuperar para el originario bosque mediterráneo la superficie que ha ocupado el pinar y los eucaliptales intensivos de producción maderera.

Convenios

Guirado estimó que los convenios privados y la actuación en las fincas públicas (más de la mitad de la superficie afectada) permitirá sustituir "más del 80%" de la superficie que antes ocupaban pinos y ecupaliptos. Se repoblará con encinas, alcornoques, acebuches, madroños y otros arbustos que se plantarán para formar "mosaicos de vegetación" con el objetivo de impedir una propagación rápida de cualquier futuro fuego (las densas masas de pino y eucalipto fueron una de las causas de la rápida extensión del fuego). La Consejería también busca diversificar los aprovechamientos económicos (corcho, setas, ganadería extensiva, caza, apicultura, turismo) del monte. Los resultados de la reforestación tardarán en ser visibles - "habrá matorral formado en 7 años y árboles en 20 años"-, y más aún aprovechables - "para eso habrá que esperar más de 40 años", dijo Guirado-.

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