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Reportaje:

El triunfo de los ritmos étnicos

Decepcionante 21º posición para Son de Sol, representantes de España en el 50º Festival de Eurovisión, que ganó Grecia

Los pronósticos no se equivocaron. La griega Helena Paparizou se perfilaba como una de las favoritas y no decepcionó. La hermosa cantante, con la composición My number one, ganó ayer el 50º Festival de Eurovisión, que se celebró en el Palats Sportu de Kiev (Ucrania), en medio de enormes medidas de seguridad y dos invitados de honor: el presidente de Ucrania, Víktor Yúshenko y la primera ministra, Yulia Timoshenko.

El propio Yúshenko entregó un trofeo especial, recreación de una joya antigua, a Paparizou. A las españolas Son de Son no les sonrió la suerte y tuvieron que conformarse con un desalentador 21º puesto, de un total de 29 participantes.

En esta edición, el certamen, organizado por la Unión Europea de Radiotelevisión (UER), ha seguido las mismas pautas de Eurovisión 2004: poco rock, reducida presencia de baladas y escasos sonidos de vanguardia a mayor gloria de los aires étnicos y los toques tradicionales con profusión de coreografías inspiradas en las danzas populares. Los representantes de Dinamarca (Jacob Sveistrup) Malta (Chiara), Croacia (Boris Novkovic) o Letonia (Walters & Kazha) destacaron por su sobrias puestas en escena. En el polo opuesto, el extravagante look de los noruegos Wig Wam, que tocaron una canción -recordaba al sonido de los alemanes Scorpions- de su último álbum que irónicamente se titula Es muy duro ser un rockero en Kiev. El cantante, una mezcla entre el David Bowie de los locos años del glam, y Marilyn Mason, sostenía en la mano un pañuelo naranja, todo un guiño a la famosa revolución naranja ucrania.

Turquía amenizó con unos bailes basados en las ceremonias de los chamanes, y los húngaros NOX, con su mezcla de música folklórica con la electrónica. Divertida resultó la actuación de los moldavos Zdob si Zdub con un estilo que ellos mismos denominan etnorock. La canción se titulaba La abuela toca el tambor y, efectivamente, allí, sobre el brillante escenario aparecía una mujer de edad avanzada tocando el citado instrumento. No faltó tampoco el toque Abba encarnado en Feminnem, las tres espectaculares representantes de Bosnia/Herzegovina.

Las hermanas de Écija (Sevilla) Sole, Espe, Lola y subieron al escenario a las 9.45 en compañía del rapero Juan Antonio Reyes, El Pollo y los bailarines David y José, que no se distinguieron precisamente por su agilidad. Salieron ataviadas con una vaporosos trajes estilo odalisca, diseñados por Amparo Macías, su modista desde hace seite años. Actuaron en décimo lugar con una canción Brujería no exenta de polémica. La red estatal de Organizaciones Feministas contra la Violencia de Género consideró "sexista" el tema, además de "vulgar y mediocre". La estrofa más criticada señala: "Tú me dominas con sólo mirarme y no hacen falta cuerdas para atarme".

Los primeros televotos para España llegaron desde Portugal (8) y Andorra (12). Ainhoa Arbizu, que ya participó como presentadora de los resúmenes de Operación Triunfo, se encargó este año de dar los votos españoles. En otras ocasiones, este honor recayó en Anne Igartiburu (Corazón de...). En ningún momento, las cámaras de TVE enfocaron a las hermanas, conscientes de su tremenda desilusión. Carlos Lozano conectó un instante con la plaza de Colón de Écija, tierra natal de Son de Sol y enseguida dio pasó a la película Las marujas asesinas.

Beatriz Pécker, ex directora de Radio 3, responsable del magacín de Radio 1 Fiebre del sábado y curtida en mil batallas musicales, repitió como comentarista de TVE-1 en el festival, al que calificó ayer por teléfono de "un supermontaje espectacular técnicamente perfecto". Pécker también destacó la organización impecable de un certamen que esta vez contó con 3.000 profesionales acreditados. Paparizou ya representó a su país en Eurovisión 2001.

A pesar de la expectación que ha levantado en el país anfitrión el festival, en España ya no suscita tantas pasiones. La edición de 2004 logró una media de 6.826.000 (50,1% de cuota), pero cosechaba los peores datos de los últimos tres años. Muy lejos quedaban los 12.755.000 espectadores (80,4%) que Rosa López regaló a TVE en mayo de 2002.

Helena Paparizou interpreta <i>My number one</i>, rodeada de sus bailarines.
Helena Paparizou interpreta My number one, rodeada de sus bailarines.AP

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