El Supremo reduce la pena a una cómplice del asesinato de Mikel Uribe

La Sala Penal del Tribunal Supremo ha rebajado de 20 años de prisión a 13 años y 9 meses la condena impuesta a la etarra Oskarbi Jáuregui Amundarain por complicidad en el asesinato del mando de la Ertzaintza Mikel Uribe, el 14 de julio de 2001.

El Tribunal Supremo ha modificado la sentencia porque la pena de 20 años impuesta por la Audiencia Nacional a Oskarbi Jáuregui es la máxima legalmente posible para ese delito pero la sentencia no motivaba "en forma alguna tal decisión, cosa que, de modo evidente, vulnera su derecho a la tutela judicial efectiva".

En consecuencia, el Supremo, en aplicación del principio penal más favorable al reo, sustituye la pena máxima por la mínima legalmente prevista, que es de 13 años y 9 meses, según el siguiente cómputo: la pena por el delito de homicidio terrorista es de 20 a 30 años; por haberse cometido contra un policía autonómico, debe aplicarse en su mitad superior, es decir, de 25 a 30 años; al concurrir la agravante de alevosía, debe aplicarse en su mitad superior, es decir, de 27 años y 6 meses a 30 años; y al calificarse la participación de la acusada como complicidad, la pena debe ser la inferior en un grado, es decir, de 13 años y 9 meses a 27 años y seis meses. En ese contexto, el Tribunal Supremo le impone la pena en su límite inferior que es la que considera "proporcionada dentro de la legalmente prevista".

El mando de la Ertzaintza Mikel Uribe fue asesinado por un comando etarra frente al Ayuntamiento de Learburu (Guipúzcoa). El etarra Ibon Echezarreta Echaniz situó el coche del comando en paralelo al del policía, al tiempo que Santiago Vicente Aragón disparaba sobre el ertzaina con un subfusil y Luis María Carrasco le vaciaba el cargador de su pistola. Oskarbi Jáuregui había colaborado con el comando grabando una cinta de vídeo de los alrededores de Learburu para facilitarles la huida tras cometer el atentado.