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Un hispano será alcalde de Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE UU

El demócrata Antonio Villaraigosa es un hijo de inmigrantes mexicanos curtido en la calle

Antonio Villaraigosa, de origen mexicano, de 52 años y modelo del sueño americano para la comunidad latina de EE UU, se convirtió el martes en el primer alcalde hispano de Los Ángeles desde hace más de un siglo. El demócrata Villaraigosa, que se expresa mejor en inglés que en español, derrotó a un compañero de partido en la lucha por la alcaldía de la segunda ciudad más poblada del país (3,7 millones), después de Nueva York. Entra así en el olimpo de la élite hispana y confirma la creciente fuerza política de la primera minoría de EE UU. "¡Sí, se puede; Yes, we can!", gritaron sus seguidores.

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Villaraigosa, con casi el 59% de los votos -y una débil participación que no llegó a un tercio del electorado- barrió a su adversario, el alcalde James Hahn, un político de larga tradición que le había arrebatado la victoria en una pelea a cara de perro hace cuatro años. Ahora, a pesar de que las cifras de criminalidad han descendido y de que la situación laboral de Los Ángeles no es mala, el descontento con la proliferación de las bandas juveniles, el deterioro de la enseñanza pública, el elevado precio de la vivienda y el endémico problema de los atascos de tráfico liquidó las esperanzas de Hahn -acusado, además, de corrupción- y catapultó a Villaraigosa a la alcaldía con un mensaje de cambio ayudado por su carisma y simpatía.

"Nuestro propósito es unir a esta gran ciudad, contar con la rica diversidad de todas sus comunidades y barrios", dijo el alcalde electo ante los miles de seguidores que celebraron el triunfo en la medianoche del martes. No dio más detalles, pero asumió que tiene por delante problemas muy complicados: "El trabajo fuerte empieza mañana".

La coalición de negros -con una presencia notable en el centro de la ciudad- y blancos moderados del valle de San Fernando que dio hace cuatro años el triunfo a Hahn se ha roto en estas elecciones: el prestigio del alcalde derrotado se resintió entre su electorado conservador por las acusaciones de haber recibido donativos electorales a cambio de contratos de servicios públicos y por oponerse a la secesión del valle de San Fernando; a los votantes afroamericanos no les gustó que apoyara el cese en el cargo del jefe de policía de la ciudad.

Por su parte, Villaraigosa se ha basado en una alianza entre el voto latino -en una ciudad en la que casi la mitad de la población es hispana- y los demócratas más liberales que no apoyaban a Hahn. Más habilidoso y carismático que ideólogo, ha sabido superar las diferencias que le enfrentaban con otros líderes hispanos y ganarse -a pesar de sus lazos con los sindicatos- el apoyo de republicanos moderados, como el ex alcalde Richard Riordan, o de figuras populares como el ex baloncestista Magic Johnson.

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Insatisfacción

Precisamente porque la victoria viene de la mano de la insatisfacción -el votante californiano se distingue por sus humores cambiantes y por su desconfianza de los políticos tradicionales, como sabe el gobernador, Arnold Schwarzenegger- Villaraigosa no puede confiar sólo en su encanto y en su imagen dinámica. En la campaña dejó sin contestar preguntas sobre su actividad en la Asamblea de California y sobre la financiación de su campaña, un flanco abierto que puede complicarle el futuro, porque una de sus promesas ha sido limpiar de corrupción el ayuntamiento. Como su antecesor, deberá cuidar además los equilibrios de la alianza que le ha llevado a la alcaldía.

Villaraigosa se ha curtido en la calle y en la vida dura de los desposeídos: nacido en City Terrace, en el este de Los Ángeles, uno de los lugares en los que se estableció la comunidad inmigrante de origen mexicano, sufrió la pobreza y fue testigo de los malos tratos que su padre daba a la madre, que acabó haciéndose cargo de la familia en solitario. "Nunca olvidaré de dónde vengo. Y siempre creeré en la gente de Los Ángeles", dijo en otro momento de su discurso.

Mal estudiante de secundaria, a pesar de todo logró matricularse en la universidad y se licenció en Derecho. Empezó a trabajar para el sindicato de enseñantes y su habilidad política y liderazgo le llevaron en seguida a la política. Ganó un escaño en la capital de California, Sacramento, en 1994, y cuatro años después era presidente de la Asamblea, en donde destacó por sus habilidades negociadoras. Desde el principio supo que su etapa siguiente pasaba por la alcaldía de Los Ángeles, que estuvo a punto de lograr en 2001. A pesar de la derrota, se mantuvo en la pelea y ganó un puesto de concejal hace dos años. Lo demás ha sido el éxito de una implacable estrategia que probablemente no se detendrá en la alcaldía.

Villaraigosa tomará posesión de su cargo el 1 de julio. El último alcalde hispano de Los Ángeles fue Cristóbal Aguilar, en 1872, cuando la ciudad tenía poco más de 5.000 habitantes.

El recién elegido alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa (derecha), celebra su victoria junto a Magic Johnson.
El recién elegido alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa (derecha), celebra su victoria junto a Magic Johnson.AP

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