Boluda alerta sobre las debilidades del puerto

El naviero Vicente Boluda sorprendió a los asistentes al encuentro empresarial organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios y el Círculo de Economía al apuntar las debilidades del Puerto de Valencia apenas un día después de la salida del buque MSC Rachelle, el mayor carguero que jamás haya atracado en un puerto europeo y cuya llegada fue celebrada con solemnes agasajos a la compañía propietaria.

Boluda comentó que el aumento de tamaño de los cargueros es inevitable a medio plazo y alertó sobre las contraprestaciones y servicios que exigen semejantes buques para optar por un puerto como destino. El naviero valenciano vaticinó que el Mediterráneo albergará un único megapuerto capaz de acoger semejantes megabuques en un futuro relativamente próximo y explicó que sólo el ferrocarril puede atender las necesidades de transporte de tal infraestructura.

El presidente del Grupo Boluda sugirió que Francia olvida la conexión ferroviaria de ancho europeo y alta velocidad con España para beneficiar al puerto de Marsella. Pero no se perdió en argumentos demagógicos y apostó por concentrar las inversiones portuarias en el Mediterráneo español en un solo punto en lugar de sostener una competencia sin futuro.

Dispersión

Entre Barcelona y Valencia, los dos mayores puertos comerciales de España, las inversiones públicas se dispersan en las instalaciones portuarias de Vilanova i la Geltrú, Tarragona, Sant Carles de la Rápita, Vinarós, Castellón y Sagunto, detalló.

Más aún, Boluda comentó que el modelo administrativo que sostiene a los presidentes de las respectivas autoridades portuarias, que a la postre son cargos de designación política, sólo complica las cosas.

Francisco Pons, ante un grupo de periodistas, calificó como "muy pedagógica" la ponencia presentada por Boluda ante el foro empresarial.

El presidente de AVE no entró en detalles sobre el contenido, pero aportó su propia reflexión en torno al malestar que la llegada del MSC Rachelle al Puerto de Valencia despertó entre empresarios de los sectores más vulnerables a la competencia asiática. "Durante años trabajé en una compañía de distribución y cuando discutíamos el emplazamiento de un establecimiento siempre había dos argumentos", comentó Pons, "unos comentaban: lo pondremos al lado de la nueva autovía porque así vendrá la gente. Pero otros respondían: todo lo contrario, se irán por la autovía". Y concluyó: "No debemos ver el megabuque como una amenaza que llega, sino como una oportunidad para ir".