Un primer informe avala los presupuestos de la Comisión para 2007-2013
El texto abre la vía para garantizar las ayudas a España y los países del Este durante el periodo
Un reciente informe preliminar presentado en el Parlamento Europeo apoya las propuestas de gastos de la Comisión para el periodo 2007-2013 y con ellas los intereses de los países de la ampliación y de los que, como España, hasta ahora venían recibiendo fuertes aportaciones comunitarias.
El documento planta cara a los países partidarios de limitar el presupuesto al 1%. Josep Borrell, presidente del Parlamento y de la comisión temporal sobre estos presupuestos, subrayó que "sin el acuerdo del Parlamento, no habrá Perspectivas Financieras", nombre que en la jerga comunitaria reciben los presupuestos multianuales.
El documento fue elaborado por el popular alemán Reimer Böge, quien en el pasado había dado la impresión de ser partidario de la contención, y se presentó como un firme partidario de mantener los límites más altos de gasto, en línea con las pretensiones de la Comisión, cuya propuesta calificó de "aceptable aunque no sea realista en un contexto de negociación". El también popular Gerardo Galeote, portavoz de la comisión temporal, explicó que eso quería decir que "hay equiparación en el techo, pero que las propuestas de reparto son diferentes a las de la Comisión".
Galeote anunció su intención de "presentar enmiendas para evitar que las regiones españolas que van a dejar de estar clasificadas en el objetivo 1 pierdan ayuda, bien por su salida natural, debido a que su renta supera el 75% de la media europea, bien porque son víctimas del efecto estadístico", al aumentar su renta por computarse la de los países de la ampliación. Galeote ofrecerá sus propuestas a los socialistas españoles con ánimo de presentar una plataforma conjunta. La socialista Barbara Dührkop dijo que, llegado el caso, las estudiaría.
Sin dar cifras, Böge señaló que su idea es contener los gastos de la política agraria común e incluir dentro de esa partida los fondos que deben recibir futuros miembros, como Bulgaria y Rumania, con la consiguiente recomendación de que los países beneficiarios recurran a la cofinanciación en la medida de lo necesario, algo inaceptable por Francia, el principal receptor de esas ayudas.
