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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Tú también eras su amigo

Ayer nos dejó Joaquín Luqui. Con su marcha, la comunicación pierde un gran creador, prescriptor y una gran persona.

Joaquín nació al periodismo en el paleolítico del pop, la década de los sesenta, alumbrando una forma distinta de hacer radio y una manera de escribir que era casi la pura trascripción de sus palabras. Así nació su relación con la radio, que jamás cesó, y distintas aventuras con publicaciones escritas, cuyo primer paso se sitúa en el equipo fundacional de Disco Express, publicada en Pamplona y que vino a ocupar la inquietud de los seguidores de la música en España.

Luqui ha sido el comunicador más importante de la radio musical en España. Su estilo, la contagiosa pasión con la que contaba sus opiniones sobre los discos, conseguía sembrar el interés en sus oyentes. No de "sus oyentes" en general, él hizo la radio en segunda persona del singular: "Porque tú y yo lo sabíamos...", y eso convertía el mensaje en un diálogo de dos.

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Joaquín Luqui, maestro de la radio musical española

Esa forma de hacer que forja en la SER en los sesenta, es clave en el estilo de Los 40 Principales y en todos los programas en los que dejó su huella: El Gran Musical, JL en FM, 3,2 o 1.

Es excepcional el hecho que desde su llegada a la SER hasta hoy, Joaquín Luqui ha contactado con todas las generaciones y en cada caso ha conectado con los más jóvenes y ha hecho crecer en ellos el interés por la música pop.

Creció con, e hizo crecer a Los 40 Principales, hasta llegar a ser un producto líder de la radio y la cantera más importante de nuevas audiencias de este medio.

Compartió su quehacer profesional con publicaciones musicales: El Gran Musical, EGM, La Revista 40, etc. La televisión supo encontrar en Joaquín el referente de la realidad musical y el personaje capaz de sintetizar en 30 segundos todo lo que iba a ser éxito.

Llegó a escribir un libro, Los Beatles que amo, en el que contaba todo sobre John, Paul, George y Ringo y que constituyó un suma y sigue en su labor de apostolado por el grupo más importante de los sesenta.

Ahora que se ha ido, no creo que le importe que se desvele su secreto: fue un comunicador musical, nunca quiso ser un crítico; pensaba que con lo limitado del tiempo en la radio, era más importante señalar y disfrutar con lo bueno de la creación de musical que malgastarlo en la recreación de lo que no valía la pena. "Hay que encontrar los temas o los grupos que pueden ser éxito y descubrírselo a alguien (aunque sean muchos)".

Lo importante era lo esencial y hacer llegar la idea prevalecía sobre el desorden caótico de su mesa. Una mesa en la que lo único que sobresalía era su preferencia manifiesta por la Olivetti (nadie supo el porqué de su desprecio hacia el ratón).

Tanto se creyó siempre lo que le gustaba, que se convirtió en el primer fan de sus artistas favoritos: Paul McCartney, Madonna, Mick Jagger, Michael Jacskon, Bruce Springsteen, Elton John, Miguel Ríos, Alejandro Sanz, etc. Cuando los entrevistaba, más que sagacidad o protagonismo personal encontraban su complicidad para vincular al artista con el oyente. Joaquín Luqui es el único periodista de este país al que conocían con nombre y apellido todos los grandes artistas anteriormente citados y muchos más que conformaron la actualidad de estas cuatro décadas y media por la que se extendió su carrera.

Todos esos artistas grabaron en su momento una frase para sus programas de radio: "Yo también soy amigo de Joaquín Luqui", la misma que llevamos dentro todos los que hemos vivido y trabajado con este excepcional compañero y amigo.

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