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La Comunidad cifra en 1.000 millones los impuestos que tiene pendientes de cobro

Madrid pleitea con Cataluña y Asturias por herencias y ampliaciones de capital

La Comunidad de Madrid considera que miles de ciudadanos e instituciones públicas y privadas -incluidos el Principado de Asturias, la Unión Europea y la Generalitat de Cataluña- le adeudan 932 millones de euros por impuestos no devengados. Una auditoría de la Cámara de Cuentas desvela que buena parte de estas cantidades no podrán ser cobradas nunca por la Comunidad, por haber prescrito, haber sido recurridas y ganadas en los tribunales por los afectados o, simplemente, porque, según los auditores, ya han sido pagadas, aunque la Comunidad no lo reconozca.

El Gobierno regional, según se refleja en los presupuestos generales de 2003 -elaborados por el equipo del ex presidente, Alberto Ruiz-Gallardón, pero ejecutados en parte por su sucesora, Esperanza Aguirre- afirma que los contribuyentes privados le deben 319 millones. De éstos, 76 millones corresponden al impuesto sobre sucesiones y donaciones no abonado; otros 49,8 millones al impuesto de transmisiones patrimoniales, y 15 más al impuesto de actos jurídicos documentados. Estos dos últimos se pagan cuando se produce la venta de una vivienda entre privados.

Pero no son los únicos morosos que están en el punto de mira del Gobierno regional. Según la Comunidad de Madrid, los empresarios madrileños también tienen una factura pendiente de 8,6 millones de euros en concepto de recargo por el impuesto de actividades económicas no devengado (IAE). De todas formas, según la Cámara de Cuentas, que ha auditado los presupuestos generales de la Comunidad de 2003, debe ser el Ayuntamiento de Madrid quien se encargue de pasarles la factura.

Las administraciones públicas no se libran tampoco de las reclamaciones económicas de la Comunidad. Ésta exige al Ayuntamiento de Madrid 6,8 millones de euros por anuncios insertados en el Boletín Oficial de la Comunidad. De todas formas, el Ayuntamiento no parece dispuesto a hacer frente a este pago, ya que los tribunales le han venido dando sucesivamente la razón y considera que no debe pagar estos anuncios.

Tajo-Segura

El Gobierno regional también reclama otros 3,8 millones de euros al Trasvase Tajo-Segura por el agua llevada hasta las cuencas mediterráneas. Pero la Cámara de Cuentas afirma que el trasvase ya ha pagado 3,01 millones, por lo que la deuda con la Comunidad es sólo de 752.000 euros.

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Los auditores públicos consideran que de los 932 millones de euros que la Comunidad reclama, 80 millones no se podrán cobrar nunca porque los expedientes administrativos contienen "errores materiales" o los jueces avalaron recursos de los contribuyentes afectados. La Cámara de Cuentas considera muy difíciles de cobrar 23 millones de euros en concepto de impuesto sobre sucesiones y donaciones y 26 más de transmisiones patrimoniales, así como otros cuatro más relativos al impuesto de actos jurídicos documentados.

De entre estos impuestos no cobrados, los auditores públicos hacen mención expresa a los siguientes casos. En 1994 murió, Pedro Masaveu, un millonario asturiano, y el Principado de Asturias reclamó a sus herederos el pago del correspondiente impuesto de sucesiones. La Comunidad de Madrid, que consideraba que Masaveu debía abonar los impuestos en la región por haber vivido en ésta, emprendió entonces un proceso judicial que actualmente está todavía en manos del Tribunal Supremo. En juego están 66 millones de euros.

Pero no es el único caso. A principios de los años noventa, la Delegación Especial de Hacienda emprendió una investigación sobre diversas liquidaciones en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). El valor del supuesto fraude descubierto ascendió a 71 millones de euros. Pero el Tribunal Supremo confirmó una sentencia de la Audiencia Nacional que anulaba la inspección porque las inspecciones habían comenzado de oficio y basándose en la resolución de 16 de julio de 1992, que estaba anulada por los tribunales. Los auditores públicos consideran que estos 71 millones son "incobrables".

Los auditores también hacen mención a una deuda de 9,1 millones correspondiente al recargo del impuesto sobre actividades económicas y sobre la extinguida licencia fiscal del impuesto industrial. De esta cantidad, unos 140.000 euros no podrán ser nunca cobrados, porque nunca fueron ingresados por un recaudador que decidió quedarse con ellos a principios de los años noventa. Según opinan los auditores, de la Cámara de Cuentas, "las deudas han prescrito".

Los más 'morosos'

Hay dos casos espectaculares -por el volumen de su cuantía- que, según los auditores de la Cámara de Cuentas, nunca podrán ser cobrados o si lo son será tras un largo proceso judicial. El primero de ellos hace referencia al llamado caso Terra, una empresa de telecomunicaciones, filial de Telefónica, que decidió ampliar capital en 2000. Por este motivo tuvo que pagar un impuesto de 33 millones de euros a la Administración autonómica.

Pero con la ampliación de capital se produjo, a la vez, el cambio de domicilio fiscal: de Pozuelo de Alarcón (Madrid) a Barcelona. Por eso, Terra consideró que debía pagar el impuesto de actos jurídicos documentados en Cataluña. Pero la Comunidad de Madrid recurrió ante los tribunales, ya que mantenía que la sede fiscal seguía en Madrid. Finalmente, una junta arbitral -formada por cuatro representantes de Madrid, tres de Hacienda y cuatro de la Generalitat- falló en 2002 que la Comunidad de Madrid tenía razón. Los cuatro árbitros catalanes votaron en contra de la resolución.

La Generalitat recurrió entonces por vía contencioso-administrativa el fallo ante la Audiencia Nacional, que todavía no ha tomado una determinación.

El otro caso que mencionan los expertos de la Cámara de Cuentas es un impuesto de transmisiones patrimoniales de 18 millones de euros. Fuentes de Hacienda lo denominan el caso arroceros: una empresa valenciana que no abonó el impuesto de sociedades, y a la que la Comunidad de Madrid puso en su punto de mira fiscal. Sin embargo, tanto el Tribunal Supremo como el Tribunal Económico Administrativo Regional dieron la razón a los empresarios, por lo que la Cámara de Cuentas reclama a la Comunidad que retire como deuda a cobrar los 18 millones que dejaron de pagar los citados empresarios.

El Gobierno regional también reclama 4,9 millones de euros a la Unión Europea en virtud de unas subvenciones que nunca llegaron entre los años 1996 y 1998. Sin embargo, la Cámara de Cuentas cree que estas obligaciones de pago -los llamados Fondos Feder y Fondos Feoga- no deben ser contabilizadas por la Comunidad de Madrid como deudas pendientes, porque el Gobierno calculó su cuantía basándose en "estimaciones", y este tipo de reconocimiento "es contrario a los principios contables".

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