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UN AÑO DESPUÉS DE LA MATANZA / 9

El "desastre" policial en la investigación del tráfico de explosivos

La policía y la Guardia Civil, siempre por separado y sin compartir información que les hubiera permitido atar cabos y lograr resultados, tuvieron distintos soplos de confidentes entre 2001 y 2003 sobre la peligrosa actividad del ex minero asturiano José Emilio Suárez Trashorras y su cuñado Antonio Toro Castro.

Ambos se dedicaban al tráfico de explosivos, robados de una mina en la que trabajó Trashorras. Pero ni los policías ni los guardias civiles que conocieron las confidencias llegaron a ninguna conclusión que les permitiera evitar una operación delictiva que facilitó el atentado más grave en la historia de España.

Pese a la evidente descoordinación y el mal funcionamiento de los servicios de Seguridad del Estado en Asturias, el Gobierno del PP condecoró durante su mandato a alguno de los responsables de la policía y la Guardia Civil en aquella comunidad.

El último secretario de Estado de Seguridad del Gobierno del PP, Ignacio Astarloa, definió así lo ocurrido en Asturias cuando compareció ante la comisión de investigación del 11-M creada en el Congreso: "No es ni eficacia, ni no eficacia, es un disparate. No es eficiencia policial, claro que no es eficiencia policial, es un desastre".

Antes de aceptar el disparate y el desastre que suponía que unos traficantes de explosivos hubieran llegado en libertad al día en que facilitaron la Goma 2 a los terroristas del 11-M, Astarloa valoró la coordinación policial en España como una de las mejores de las existentes en Europa: "

Tenemos que reforzar en la medida de lo posible los mecanismos de coordinación, qué duda cabe, y es un tema muy complicado. En mi impresión -y seguro en lo que se refiere a la lucha antiterrorista- no he conocido un modelo policial que permita mejor la coordinación y en el que funcione mejor la coordinación que el de España". En una comisión que investigaba el atentado más grave que nunca ha sufrido este país, la intervención de Astarloa provocó risas, según recoge el diario de sesiones.

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De lo ocurrido en Asturias, de las investigaciones fracasadas en la trama de los explosivos, de la falta de comunicación entre los Cuerpos de Seguridad, del escaso celo en el control de los explosivos, el último secretario de Estado de Seguridad del Gobierno Aznar, declaró: "De eso no tengo ni la más mínima noticia mientras soy secretario de Estado de Seguridad, ni la más mínima".

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