_
_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | 19ª y última jornada de la primera vuelta de la Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El árbitro desquicia al Zaragoza

Varias decisiones de Losantos y la absurda autoexpulsión de Álvaro dan alas a un Madrid que sólo puso energía

Santiago Segurola

Algunos apuntes de cambio en el Madrid no impidieron un partido de medio pelo, resuelto por una acumulación de factores ajenos al juego. A la victoria del Madrid contribuyeron los despropósitos de Álvaro, empeñado en eliminarse del encuentro, y los graves errores del árbitro, que tiene una idea muy particular del fuera de juego. Concedió el segundo tanto del Madrid en medio de la sorpresa general. Hubo tantas infracciones en esa jugada que el árbitro quedó muy desacreditado. El Zaragoza no encontró nada favorable en el camino. Se quedó sin centrales, jugó con diez todo el segundo tiempo, sufrió las pésimas decisiones del árbitro y no tuvo más jugador que Villa, uno de los delanteros más inquietantes para el Madrid en la Liga.

REAL MADRID 3 - ZARAGOZA 1

Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera, Samuel, Roberto Carlos; Figo (Gravesen, m. 68), Beckham (Celades, m. 87), Zidane, Solari; Raúl y Ronaldo (Owen, m. 67).

Zaragoza: Luis García, Ponzio, Alvaro, César Jiménez (Aranzabal, m. 23), Toledo; Zapater (Cuartero, m. 60), Movilla; Cani (Galletti, m. 74), Óscar González, Savio; y Villa.

Goles: 0-1. M. 21. Villa se va de Helguera y Samuel, regatea a Casillas y marca por bajo. 1-1. M. 41. Ronaldo toca sobre Raúl y éste supera a Luis García con una vaselina. 2-1. M. 53. Zidane envía a Figo, que, en fuera de juego, dispara; rechaza el portero y Ronaldo cabecea. 3-1. M. 85. Owen marca pegado al palo.

Árbitro: Losantos Omar. Expulsó a Álvaro (m. 53) por doble tarjeta amarilla. Amonestó a Ponzio, Samuel, Figo y Salgado.

Unos 70.000 espectadores en el Bernabéu.

Más información
El brutal pisotón de Figo
Más puntos que méritos
Víctor Muñoz: "Los errores arbitrales han cambiado todo"
César Jiménez, entre seis y ocho meses de baja por la entrada de Figo

Lo novedoso del Madrid no estuvo en el juego, de vuelo corto durante la mayor parte del encuentro, sino en la energía que desplegó el equipo. Quedó claro que había una orden que cumplir: acosar al rival en su campo, adelantar la línea defensiva hasta lugares insospechados en las últimas temporadas, equilibrar en la medida de lo posible las tendencias individualistas de sus estrellas con las necesidades colectivas. No es poco para el Madrid, equipo de naturaleza caótica, con jugadores poco solidarios en el esfuerzo. Lo agradeció la hinchada, que echó en falta un poco de fútbol. Hay un notable déficit de juego sin Guti, ausente frente al Zaragoza. Beckham se ocupó del papel creativo sin demasiado éxito. Es cierto que dibujó dos pases excepcionales. Dos pases largos, por supuesto. Tiene un gran pie derecho, pero su registro creativo es corto. Solari le ayudó con su habitual despliegue físico, importante en un partido que se jugó a buen ritmo, algo impropio en el Madrid. Esa fue la novedad de un equipo que por fin activó su sistema nervioso.

Su victoria, sin embargo, se debió a otros factores. El Zaragoza ayudó en el resultado. Varios de sus jugadores se escondieron flagrantemente. Savio se dio una tarde de vacaciones, Cani jugó con una timidez escandalosa y tampoco hubo muchas noticias de Óscar y Zapater. A ninguno le corresponden tantas responsabilidades como a Álvaro, el central que había sostenido el chiringuito defensivo durante el primer tiempo. Pero el hombre no domina sus emociones. Se echó al monte en dos entradas innecesarias y muy violentas a Raúl. Vamos, que se eliminó del partido. El árbitro le expulsó con buen criterio, cosa que no se pudo decir de varias de sus decisiones, algunas de las cuales fueron determinantes. Alcanzó el máximo grado de incompetencia en el segundo gol del Madrid, precedido por una jugada donde todo el mundo estaba en fuera de juego. El árbitro, también. Concedió el gol a Ronaldo y allí se acabó el partido, con el consentimiento del árbitro, que se hizo el lonchas en un penalti clamoroso de Salgado a Villa.

A Villa correspondió defender el pabellón del Zaragoza. Lo hizo en solitario, con el coraje que le caracteriza. Siempre hace daño a la defensa del Madrid. Es un delantero listo y competitivo. Una bicoca para el Zaragoza. Marcó el primer tanto del encuentro tras un error de Helguera, que se sobró en el corte de la pelota. Villa la peleó, se la llevó y se dirigió como un tiro hacia al área, donde Samuel asistió con mucha educación al regate de Villa, que cerró el jugadón con una gambeta larga a Casillas. Luego dejó la pelota en la red. Fue el golazo de un jugador que no encontró compañía en su equipo. Unos porque se borraron; otros porque enloquecieron. Y uno porque no estaba. Fue César Jiménez, abatido por Figo con una patada violenta, artera, intolerable.

Si los factores estrictamente futbolísticos no determinaron la victoria del Madrid, no se puede hablar de un buen partido del equipo. Corto de oportunidades, sacó provecho de una espectacular combinación entre Zidane, Ronaldo y Raúl, muy fino en el remate del empate. Fue la mejor noticia para el Madrid, que comenzaba a dar algunos síntomas de nerviosismo. También la hinchada, que no se distingue por su paciencia. El gol tranquilizó a la parroquia. Del resto se encargó Álvaro, empeñado en una cacería absurda a Raúl. Convirtió una jugada intrascendente en el momento decisivo del encuentro. En mitad de ninguna parte, le tiró una viaje brutal al delantero madridista. El estupor se apoderó de los jugadores del Zaragoza. De repente se vieron ante un problemón: sostener el empate ante el Madrid, en el Bernabéu y con un árbitro regalón. En la siguiente acción, Ronaldo anotó el segundo tanto.

Al Madrid le faltó autoridad en el último trecho del encuentro. Pasó momentos de dificultad y no pudo disfrutar del ingreso de Gravesen, recibido entre ovaciones por la hinchada. No ofreció elementos para un juicio. El Madrid atravesaba ciertas dificultades y no se descartaba el empate. No fue así. Owen marcó el tercer gol con la colaboración del portero y el Madrid respiró por fin.

Álvaro comete una falta sobre Raúl en presencia del árbitro Losantos Omar, que acabó expulsando al jugador del Zaragoza.
Álvaro comete una falta sobre Raúl en presencia del árbitro Losantos Omar, que acabó expulsando al jugador del Zaragoza.CRISTÓBAL MANUEL

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_