_
_
_
_
_

El Gobierno de Indonesia da poco más de dos meses a las ONG para salir de Sumatra

Yakarta manifiesta su disposición a negociar con los independentistas de Aceh

"El 26 de marzo todas las organizaciones internacionales deberán estar fuera del país", anunció ayer en Meulaboh el coordinador de emergencias de la ONU en la zona, Charles Higgins. El Gobierno indonesio ya había mostrado su deseo de que las tropas extranjeras saliesen en esa misma fecha. Las agencias intergubernamentales y ONG desplazadas en esta ciudad del norte de la isla indonesia de Sumatra recibieron con estupor la directiva de Yakarta, dado el catastrófico estado en que se encuentra Aceh, donde perecieron más de 110.000 personas.

Más información
El destacamento español llega a la zona con un día de retraso

Por su parte, el vicepresidente indonesio, Yusuf Kalla, de visita en la provincia donde existe un movimiento independentista, manifestó ayer la voluntad de su Gobierno de entablar negociaciones con la insurgencia separatista para alcanzar "un alto el fuego permanente". Aceh ha estado cerrada a las organizaciones internacionales desde mayo de 2003, fecha en la que los militares indonesios lanzaron una ofensiva contra los rebeldes, acabando con la vida de más de 2.000 de ellos. El tsunami y sus devastadoras consecuencias forzaron a Yakarta a abrir las puertas de la provincia secesionista a cooperantes y tropas procedentes de todos los rincones del planeta.

Fuentes de Naciones Unidas aseguran que evitarán ahora el enfrentamiento con el Gobierno indonesio después de que les haya exigido la retirada en lo que consideran "un tiempo insuficiente". Y alegan que "es más útil presionar poco a poco" para poder acceder a las zonas afectadas, desarrollar su trabajo y permanecer en el país, "en lugar de romper la baraja". Tanto la ONU como muchas ONG confían en que el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, dará marcha atrás, conforme se acerque el 26 de marzo, fecha en la que Aceh debería estar libre de presencia internacional.

El ministro de Información de Indonesia, Sofyan Djalil, restó ayer importancia a la exigencia del Gobierno y aseguró que la fecha de partida de tropas y ONG extranjeras podría modificarse. "En el caso de que se necesite más ayuda, seremos flexibles. Pero la política general es que pasados tres meses [después del maremoto] creemos que seremos capaces de manejar la situación con nuestras propias tropas, con nuestros militares, nuestra burocracia y nuestra gente en este área". Yakarta exige permisos y "protección militar" a las ONG para desplazarse en Aceh más allá de la capital, Banda Aceh, y de Meulaboh, lo que retrasa los trabajos de asistencia y ha impedido hasta el momento el acceso a algunas de las poblaciones que se teme estén más castigadas.

Dieciocho días después del maremoto, llegó ayer a Meulaboh un equipo de la Organización Mundial de la Salud para hacer las primeras incursiones en aquellos territorios a los que la comunidad internacional no ha tenido acceso y en los que la única ayuda a los damnificados ha consistido en el lanzamiento de víveres desde el aire.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El tsunami cambió además las reglas del juego político y militar en Aceh, al propiciar un alto el fuego entre Yakarta y los rebeldes islámicos que buscan la independencia en un conflicto que dura ya casi 30 años. El cese de las hostilidades anunciado por ambas partes tras el maremoto no ha estado, sin embargo, exento de tensiones en los últimos días, debidas a la fuerte presencia del Ejército indonesio en la zona para cubrir las bajas causadas en sus filas por la gran ola y liderar los trabajos de asistencia a las víctimas, lo que los insurgentes interpretan como un aumento de la presión gubernamental. El Ministerio de Defensa indonesio anunció ayer el envío de entre 7.000 y 8.000 soldados a Aceh, con lo que ya suman 50.000 los efectivos militares en la zona.

Líder rebelde

El vicepresidente indonesio, Yusuf Kalla, propuso ayer extender la tregua con los insurgentes hasta llegar a convertirla en definitiva. "Alto el fuego significa parar ahora y combatir otro día. No, lo vamos a hacer permanente", dijo Kalla a los periodistas en Banda Aceh, después de visitar Meulaboh. "Hay esfuerzos en esta dirección", afirmó el líder indonesio, "es difícil extraer conclusiones, pero estamos dando los pasos para resolver el conflicto de Aceh".

Por su parte, el líder rebelde en el exilio, Malik Mahmud, aseguró en declaraciones recogidas por la agencia Reuters que reiteraba su oferta de alto el fuego para contribuir a la reconstrucción de la zona. "La actual situación es una buena oportunidad para que ambas partes nos sentemos y tratemos de negociar una solución a la situación política", afirmó el dirigente del Movimiento Libre de Aceh (GAM) desde Estocolmo.

Niños tailandeses que han quedado huérfanos tras el maremoto comen arroz y huevos en un albergue en Phuket, una de las zonas más devastadas.
Niños tailandeses que han quedado huérfanos tras el maremoto comen arroz y huevos en un albergue en Phuket, una de las zonas más devastadas.AP
Una enfermera da el biberón al <i>Baby 81</i> en el hospital de Kalmunai.
Una enfermera da el biberón al Baby 81 en el hospital de Kalmunai.ASSOCIATED PRESS

Nueve madres se disputan a un bebé superviviente

Nueve mujeres aseguran ser la madre de un bebé que sobrevivió al tsunami y que el mismo día del maremoto fue trasladado a un hospital de Kalmunai, al este de Sri Lanka, según informaron ayer varios medios estadounidenses. Al bebé se le conoce como Baby 81 porque fue el 81º paciente que entró en el hospital el trágico 26 de diciembre.

"Padres que han perdido a sus hijos vienen cada día al hospital para ver si encuentran a su hijo desaparecido", explica el doctor K.R. Saseenthirian. "Algunos se marchan, pero otros se resisten a irse y aseguran que el bebé es suyo", añade.

Fuentes hospitalarias afirman que nueve mujeres han reclamado al bebé. Algunas de ellas se han peleado en el mismo recinto y han amenazado con suicidarse si no se les entrega al niño.

La dirección del hospital ha pedido a la policía que investigue la identidad del bebé y no descarta que se le practiquen pruebas de ADN. "Las pruebas deben partir de una petición judicial; las haremos si un juez las pide", afirmó Saseenthirian, quien, no obstante, recordó que los tests son caros y que no está nada claro quién los pagaría.

Los niños representan el 40% de las víctimas mortales del tsunami

en Sri Lanka. Más de 12.000 niños perdieron la vida en este país como consecuencia del maremoto. Los datos provisionales de Unicef estiman que alrededor de otros mil niños han quedado huérfanos y al menos 3.200 han perdido a su padre o a su madre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_