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Reportaje:

Música como consuelo

El festivo 'Concierto de Año Nuevo' en Viena se transforma en homenaje a las víctimas del maremoto

La tragedia del maremoto en el sureste asiático ensombrecerá mañana, 1 de enero, el tradicional Concierto de Año Nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigido por Lorin Maazel. Entre el público de la Sala Dorada del Musikverein no figurarán, como estaba previsto, ni el canciller alemán, Gerhard Schröder, ni su homólogo austriaco, Wolfgang Schüssel, que han cancelado su asistencia. No se modificará el repertorio, que incluye valses y polcas de Johann y Joseph Strauss, así como obras de Franz von Suppé y Josef Hellmesberger. Pero, "a diferencia de otros años, esta vez no gastaremos ninguna de nuestras habituales bromas, ni gritaremos todos juntos Prosit Neujahr (feliz año nuevo)", explicó el presidente de la Filarmónica, Clemens Hallsberg. Es cuestión de tacto. Esta vez, los deseos para un feliz año nuevo serán pronunciados por el propio Lorin Maazel en muchos idiomas, también en castellano. El concierto será retransmitido en directo a 46 países. Maazel comunicó que tanto él como los músicos vieneses han decidido contribuir con donaciones para ayudar a las víctimas del maremoto.

El director de orquesta franco-estadounidense, que dirige por undécima vez este prestigioso concierto, se mostró muy consternado por la gravedad de la catástrofe. "Más de 100.000 muertos, es como una guerra", dijo. No obstante, opinó que sería injusto suspender en este preciso momento la función. "Ahora es más importante si cabe mostrar que la música puede consolar y dar nueva energía para volver a construir partiendo de la nada", precisó. Es éste el mensaje de esperanza que el músico transmitirá en breves palabras antes de dar paso al vals del Danubio Azul: "La historia de la humanidad es triste. Sabemos que cada tanto se dan catástrofes naturales y embrollos políticos que llevan a la destrucción total, como la II Guerra Mundial, Hiroshima o la peste en Venecia. Pero tenemos que seguir y reconstruir. La fuerza de la vida es más poderosa". En su opinión, "los artistas tienen la obligación de realizar acciones constructivas". Aunque sólo se trate de gestos simbólicos, pueden causar gran efecto.

Lorin Maazel dirige un ensayo para el tradicional concierto del 1 de enero en la capital austriaca.
Lorin Maazel dirige un ensayo para el tradicional concierto del 1 de enero en la capital austriaca.ASSOCIATED PRESS

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