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Columna
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'Parole'

A principios del siglo XX, el lingüista suizo Ferdinand de Saussure, padre de la lingüística moderna, distinguió langue de parole, la lengua, sistema codificado de signos o estructura general de un idioma, del habla o forma en que una comunidad la usa. Algo tan sencillo permite entender que el valenciano es una parole, forma de hablar una lengua, que los lingüistas llaman catalán y que ahora la AVL proponía denominar valenciano-catalán.

Sin embargo, para los miembros del Consell, para determinados grupos extremistas y para sectores sociales en los que se hace difícil encontrar gente culturalmente formada, la búsqueda de consensos a la hora de dotar de un marco legal un acuerdo científico-lingüístico es motivo de descalificación, ataque y, si llega el caso, agresión personal. Y de histriónicas protestas ante los organismos que respetan las decisiones científico-lingüísticas establecidas por los especialistas.

Puestos a protestar, tal vez sea de utilidad conocer un texto que abunda en las mismas tesis, eso sí, en inglés. Se trata del epígrafe que la Enciclopaedia Britannica dedica al Catalan language: Romance language spoken by more 5.000.000 persons... y que entresaco y traduzco: "Hay dos grupos dialectales principales en el moderno catalán: Occidental, subdividido en catalán del oeste y valenciano; y Oriental, subdividido en catalán del este, Balear, y Rosellonés, e incluyendo el dialecto hablado en l'Alguer, Cerdeña. Estos dialectos se diferencian solamente en aspectos de menor importancia (detalles de la pronunciación, del vocabulario, y de la conjugación de los verbos) y son fácil y mutuamente inteligibles. Las diferencias dialectales no se reflejan generalmente en la lengua escrita".

Puestos a protestar, recomiendo a los consejeros que hagan llegar a la Enciclopaedia Britannica sus quejas, acompañándolas de unos paquetes de kleenex para secar las lágrimas que, a los circunspectos ingleses, les pueden producir las risas generadas por semejante payasada. Pero no les digan que representan a "los valencianos", sino a los grupos menos instruidos de la sociedad y a unos políticos que no tienen decencia ni decoro y creen que el mandato político les sirve de coartada para cualquier despropósito.

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