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El presunto asesino de Tamara Navas admite que vivió un año con su cadáver

La defensa señala a un holandés desaparecido como autor del crimen

Juan Miguel Cerrillo es víctima y no culpable, según la defensa del acusado por la muerte y violación de la niña de nueve años Tamara Navas, de Salou, cuyo cadáver apareció en 2002, un año después de su desaparición, en casa de Cerrillo. La defensa calificó de "tendenciosa" la investigación policial y añadió que se culpó de antemano a Cerrillo. Éste, ayer, en el segundo día de juicio, admitió que vivió un año con el cadáver de la niña en su casa porque no se atrevió a ir a la policía. Según la defensa, un holandés que se halla desaparecido aprovechó alguna de las habituales borracheras de Cerrillo para introducir en su casa el cadáver.

Cerrillo, de 49 años, se enfrenta a una pena de 32 años por violación y asesinato en un juicio en el que, según el fiscal, no hay "pruebas directas", aunque sí indicios suficientes para la condena.

"En un caso así, la sociedad exige una condena", dijo ayer Óscar Cabrero, defensor de Cerrillo, al comenzar su intervención. Y su defendido tiene el "perfil" perfecto, precisó. De esta forma, la defensa intentó generar una duda razonable entre el tribunal popular. El letrado hizo explicar su defendido cómo varias veces habían entrado a su casa a robar. A preguntas de su abogado, Cerrillo explicó que no puso impedimentos para que trabajadores de su patrón fuera a su casa para limpiarla, ya que los vecinos se quejan del hedor que desprendía. Fueron estos trabajadores los encontraron el cadáver de la niña.

Cerrillo estuvo durante un año con el cadáver en su casa, según la defensa, porque bebía y consumía cocaína y, por tanto, vivía en una nebulosa que le impedía reaccionar ante la presencia del cadáver. "Me daba coraje verlo", dijo Cerrillo. Sin embargo, no avisó a la policía. Se planteó hacerlo, aseguró, pero cuando lo pensaba, acto seguido comenzaba a beber y esto le hacía posponer su decisión.

La defensa planteó que el autor del crimen podría ser el ciudadano holandés Johan C., que estuvo investigado por la policía y ahora se le ha perdido la pista en la República Dominicana. Según el abogado, Cerrillo conoció a Johan C. en alguna de sus noches de alcohol y drogas.

Para el fiscal la historia es mucho más sencilla. Explicó que Cerrillo es una persona que intentaba a menudo ganarse la confianza de menores. Aseguró que un niño, que declarará en el juicio, vio a Cerrillo el mismo día que desapareció Tamara Navas. El representante del ministerio público añadió que Cerrillo se llevó a su casa a la niña y , tras atarla a la cama, la sometió a horrorosas agresiones sexuales. Tamara murió a causa del dolor, o a causa de los desgarros y hemorragias, según el fiscal.

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