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Duran insta a CiU a seguir la estrategia "integradora" de Pujol

El líder de Unió insta a defender los valores cristianos ante la "beligerancia laicista"

Josep Antoni Duran Lleida dedicó ayer su discurso de clausura del 23º congreso de Unió Democràtica (UDC) a marcar posiciones frente a Convergència con vistas a la conferencia nacional que ambos partidos celebrarán en noviembre para decidir el futuro de la federación. Duran se reafirmó en los planteamientos democristianos de Unió, que a su juicio deberían ser la hoja de ruta de la federación; rechazó los intentos de fusión con CDC, y advirtió de que si CiU quiere recuperar el Gobierno catalán en 2007 no le servirán inventos, sino que debe ser continuadora del "espíritu y la praxis integradora" de Jordi Pujol.

El congreso de los democristianos del pasado fin de semana, celebrado en Viladecans, evidenció que las relaciones entre Unió y Convergència no atraviesan su mejor momento. Y que el distanciamiento entre Josep Antoni Duran Lleida y Artur Mas es ahora más visible que nunca. Ayer, Duran no citó a su correligionario ni un solo momento. Al contrario, agradeció los esfuerzos integradores de Convergència en las personas de Jordi Pujol, Ramon Camp, Xavier Trias y Pere Macias. Pero ni una sola alusión a Mas en dos días.

Duran abundó ayer en la tesis que lanzó la víspera en su informe de gestión. A saber: que CiU no debe perder la centralidad política en Cataluña y ha de olvidarse de radicalismos. Y Unió, tras este congreso, dispone de todo lo necesario para actuar de salvaguarda.

La federación nacionalista, tras la conferencia nacional de noviembre, ha de imponerse como prioridad la recuperación del Gobierno catalán en 2007, según Duran Lleida. Pero este objetivo será inalcanzable si CiU opta por la radicalización y por apuestas soberanistas más propias de Esquerra Republicana. Convergència i Unió sólo conseguirá llegar a la presidencia de la Generalitat si continúa la misma estrategia de Jordi Pujol. "CiU tiene que ser continuadora del espíritu y la praxis integradora de Jordi Pujol, que supo conectar con la gente y dar respuesta a sus inquietudes y necesidades, dando prioridad a la cohesión social y acompasándolo con la reivindicación nacional, y consiguió la integración de la gente llegada de fuera de Cataluña", proclamó el líder democristiano.

No fueron los únicos guiños para intentar agradar a Pujol. Toda la intervención de Duran Lleida conectó con los tradicionales planteamientos del ex presidente de la Generalitat. Fue el único de la nutrida representación convergente que aplaudió con entusiasmo el discurso del líder de Unió.

Una hora de discurso de recalcitrante reafirmación de la ideología democristiana con tintes, según Duran, izquierdistas. De este modo, el líder de Unió hizo una encendida defensa de la escuela privada, de la libertad para escoger centro educativo, de los valores de la familia y de la religión católica. Arremetió contra la píldora del día siguiente, contra las campañas de educación sexual gubernamentales que no tienen en cuenta los comportamientos de los jóvenes y que los tratan como "máquinas de copular", y contra los programas de televisión que "educan mal", y recordó, en forma de queja, la "ola marxista que nos llegaba hasta el cuello" durante los años de la transición. Y al mismo tiempo, reclamó limitar la inmigración, rechazó la multiculturalidad que pretende "diluir la cultura catalana" y clamó a favor de la natalidad autóctona. Tampoco se olvidó de proclamar que "hay que reforzar el principio de autoridad en la escuela" y, recurriendo a la ponencia ideológica aprobada en el congreso, rechazó definir como matrimonio la unión entre personas del mismo sexo y el reconocimiento a su derecho a la adopción.

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La ideología democristiana es la única, agregó Duran, que puede impedir que el Gobierno central y el catalán continúen su "beligerancia laicista (...), gobernando en el nombre de un falso progresismo que lleva al país a un callejón sin salida y con muchos problemas en el futuro". Una forma de gobernar, añadió, que persigue "expulsar de la sociedad toda manifestación religiosa". "Esto no va con nosotros", exclamó.

No a la fusión

Esta retahíla de teorías programáticas son las que, a juicio de Duran, deberían imponerse en el seno de la federación nacionalista y ser el hilo conductor de la política de CiU. Y esos planteamientos democristianos deben presidir la centralidad política y el apoyo, cómo no, a la futura Constitución europea. Duran lanzó, para el caso de que no sea así, una seria advertencia cuyo destinatario no concretó: "Yo no puedo liderar ningún proyecto político con cuyos planteamientos no esté de acuerdo".

Para Duran, éstos son los verdaderos principios que configuran Unió Democràtica. "Nadie nos moverá de donde estamos ni desfigurará lo que somos", alertó, en claro rechazo también a los constantes cantos de sirena que llegan de Convergència para fusionar ambos partidos. "Unió no está lista para morir, sino todo lo contrario. Está llena de vida", afirmó.

Respecto al carácter nacionalista de Unió, tan sólo un párrafo al final del discurso para recordar que el partido defiende una Cataluña soberana.

Premiar el 'caso Pallerols'

No había duda de que el respaldo a la moción presentada por siete compromisarios en apoyo de la anterior gestión de Unió en el Departamento de Trabajo resultaría abrumadora, después de que Duran cosechara el sábado una de las mayores ovaciones del 23º congreso al mencionar en su discurso "a todos aquellos que tuvieron responsabilidades políticas" en ese departamento. Duran les felicitó porque "la Comisión Europea ha premiado a Cataluña con 18 millones de euros por haber gastado eficientemente los fondos destinados a fomentar la ocupación y la formación permanente en la última legislatura de CiU".

Con este precedente, no resultó extraño que los compromisarios cerraran filas en torno a los dirigentes democristianos salpicados por el caso Pallerols -de presunta financiación irregular de Unió Democràtica mediante el desvío de fondos para formar parados- y respaldaran la moción con el 98,9% de votos a favor, el 1,1% de abstención y ninguno en contra. Dolors Llorens, imputada en este caso, fue reelegida para el comité de gobierno, después de que Duran la incluyese en su candidatura.

El acto de clausura del congreso evidenció las filias y fobias de los militantes democristianos. Los 800 compromisarios recibieron en pie a los peneuvistas Josu Jon Imaz e Iñaki Anasagasti, al ex presidente italiano Francesco Cossiga y a los convergentes Xavier Trias y Jordi Pujol. Los pitos tuvieron como destinatarios las delegaciones del PP, Esquerra y PSC.

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