Los Pet Shop Boys, en el teatro Savoy
Somewhere es la crónica de la estancia de los Pet Shop Boys en el Savoy Theatre londinense durante 15 días de junio de 1997. Contiene un documental de media hora sobre esa experiencia más 14 canciones en directo, incluyendo éxitos como Rent, It's a sin, Go west o Being boring. Es una hora larga de concierto, espléndidamente filmada por Annie Griffin, que también dirige el documental. El DVD se pone a la venta mañana con EL PAÍS por 6,95 euros.
Los Chicos de la Tienda de Mascotas constituyen una de las más sólidas (¡y entrañables!) instituciones del pop británico. Con 20 años de actividad, mantienen un elegante equilibrio entre la canción narrativa y una música electrónica muy orientada a las pistas de bailes. Su grandeza estriba en su potencia melódica y en su habilidad para insertar sus historias en un universo moral: a diferencia del mensaje festivo de la mayor parte de la música de discotecas, en el cancionero de los Pet Shop Boys hay remordimientos, dudas, egoísmo y otros complejos sentimientos.
En el principio está Neil Francis Tennant (Gosforth, 1954), graduado en historia que trabaja en revistas, primero en la editora de los tebeos de Marvel y luego en la publicación juvenil Smash Hits. Entrevistando a las figuras, Neil va logrando contactos en la industria y aprendiendo lo que debe hacer un aspirante. En 1981 conoce a Christopher Sean Lowe (Blackpool, 1959), un teclista que estudia arquitectura. Se juntan y toman su nombre de unos amigos que llevan una tienda de animales.
Tras un falso comienzo con Epic, en 1985 fichan con EMI y al año siguiente llegan al número uno con West End girls, que será designada como canción del año de 1986 en el Reino Unido. Se convierten en extraordinarios hacedores de éxitos, incluso capaces de revivir la carrera de divas como Dusty Springfield y Liza Minelli. Y está su intuición para llevar a su terreno material inesperado, de Elvis Presley (Always on my mind) a U2 (Where the streets have no name).
Desdeñosos de los tópicos del pop, se lo piensan antes de actuar en directo: su primera gira sólo llega en 1989, aunque ya han hecho acto de presencia en eventos benéficos de la comunidad gay. Son conscientes de que la ejecución de música electrónica no tiene mucha fuerza escénica y apuestan por enriquecer el espectáculo con elementos teatrales, coreográficos o visuales. Por lo tanto, cuidan su temporada en el Savoy Theater, 15 fechas en junio de 1997. No es habitual que se presenten tales conciertos en el distrito teatral londinense; Neil Tennant y Chris Lowe se esfuerzan en convertir el recinto en un espacio adecuado para su música y su público, que se amontona en la delantera de la platea. El impertérrito Lowe está al fondo, en un cubículo iluminado, detrás de sus teclados. A su lado, dos grandes pantallas transmiten lo que hacen -bailar, conversar, adormilarse- sus amigos detrás del escenario. Unos escalones descienden hasta la zona de Neil, que tiene como respaldo la voz soul de la rotunda Sylvia Mason-James y los movimientos del bailarín Les Child.
Musicalmente, los Pet Shop Boys de 1997 optan por ritmos imperiosos. Una excepción es la emocionante versión desnuda -Neil, con guitarra acústica- de You pay my rent. Del cosmopolitismo del dúo da fe su canción brasileña (Se a vida é) o las frases en castellano de Discoteca. No faltan himnos gay como I will survive o Go west, recordatorios de los tiempos despreocupados anteriores al sida.En el documental, las entrevistas con Neil y Chris evidencian la peculiar química de la pareja. El cantante es la más flemática de las estrellas del pop inteligente mientras el teclista mira todo con escepticismo.
Babelia
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