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Putin pone en marcha su plan para recortar el sistema federal

El terrorismo, justificación oficial de la reforma del Estado ruso

Pilar Bonet

El presidente Vladímir Putin hizo llegar ayer a la Duma Estatal de Rusia (Cámara baja del Parlamento) las enmiendas legislativas que transformarán los gobernadores provinciales, hoy electos en las urnas, en representantes administrativos dependientes del líder ruso. Un alto dirigente del Kremlin admitió que el proyecto presidencial, visto desde fuera, puede parecer "el estadio inicial de la paranoia".

Coincidiendo con las iniciativas gubernamentales, el respetado general Ruslán Aúshev, que logró sacar a 26 personas de la escuela de Beslán, dijo estar muy preocupado por la volatilidad de la zona del Cáucaso y abogó a favor del Estado federal y por dar más competencias a las regiones.

Tras la tragedia de Beslán, Putin anunció la iniciativa centralizadora, concretada ayer, como una respuesta contra el terrorismo y contra tendencias desintegradoras del país. Se trata de un "intento de adaptar el mecanismo del Estado a las amenazas del futuro, aunque visto desde fuera puede parecer la fase inicial de una paranoia", dijo ayer el vicejefe de la Administración del Kremlin, Vladislav Surkov, según la agencia oficial Itar-Tass. "Las medidas son absolutamente necesarias, porque la amenaza es muy seria", señaló el alto funcionario.

Las enmiendas, que pueden ser aprobadas antes de fin de año y entrar en vigor a partir de 2005, dan al presidente el derecho exclusivo a proponer la candidatura de los gobernadores y a nombrarlos de forma provisional, si los parlamentos regionales discrepan. El presidente podrá también decidir aparentemente si disuelve o no los parlamentos regionales, si éstos rechazan dos veces su candidato. Por mucho tiempo que lleven en su cargo, los gobernadores actuales podrán ser confirmados de nuevo en sus puestos si el presidente así lo quiere.

El Kremlin piensa en extender la centralización a los órganos municipales, según Surkov, y además no piensa renunciar a los siete "supercomisarios" que Putin creó para supervisar todo el territorio de Rusia y que se mantendrán hasta 2008.

La administración presidencial hace encaje de bolillos para presentar como constitucionales las nuevas medidas, que pueden socavar la estructura federalista del Estado. El Tribunal Constitucional de Rusia estableció en 1996 que los gobernadores solo podían ser elegidos por sufragio universal directo, pero, en opinión de Surkov, aquella decisión respondió tal vez a "la coyuntura política". Putin, dijo, es "un idealista" que preferiría elecciones directas de los gobernadores. Sin embargo, "hay que tener en cuenta las amenazas". "Somos un país muy vulnerable y debemos defendernos", agregó, admitiendo que el nuevo esquema "entraña un gran riesgo".

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La iniciativa del Kremlin contrastaba ayer con las advertencias del general Aúshev. En una rueda de prensa, el ex presidente de Ingushetia advirtió que el Cáucaso es como una "caldera" y expresó temor a que se realicen "objetivos desestabilizadores" de los terroristas, si se desbordan los ánimos excitados de la región. Según Aúshev, la falta de una solución política del conflicto checheno ha "engendrado" suicidas y radicales, impensables hace unos años.

El general se mostró ayer escéptico sobre los efectos de un endurecimiento de la legislación penal sobre el terrorismo y manifestó que en el Cáucaso ha crecido una generación de "gente fanática que no se para ante nada" y que es indiferente a la pena de muerte. Aludiendo indirectamente a los planes de centralización del Kremlin, Aúshev manifestó que "hay que dar más competencias a las provincias y no concentrarlas en el centro" e insistió en que es necesario desarrollar "el Estado federal". Aúshev, un político respetado, tuvo que dejar la presidencia de Ingushetia a finales de 2001 y renunciar a presentarse a nuevas elecciones debido a las presiones del Kremlin.

Aúshev contó ayer que junto con el presidente de Osetia del Norte habían llamado a Ajmed Zakáiev, el representante del líder independentista checheno Aslán Masjádov, para pedirle que mediara en el conflicto. Zakáiev contestó que sólo podía comunicarse con Masjádov si éste le llamaba a él.

El general Aúshev,  ex presidente de Ingushetia, durante una rueda de prensa celebrada ayer.
El general Aúshev, ex presidente de Ingushetia, durante una rueda de prensa celebrada ayer.AP

El cuaderno escolar

Los terroristas de Beslán habían escrito sus reivindicaciones en un pequeño cuaderno escolar, contó ayer el general Aúshev, y, al entregárselas en el segundo día del secuestro, le pidieron que las leyera. Acabar con la guerra de Chechenia, sacar a las tropas rusas, integrar la república en la Comunidad de Estados Independientes (la organización de Estados pos-soviéticos) y dejarla en la zona monetaria del rublo eran puntos allí escritos. Sobre el terreno, nadie podía decidir ni sobre la retirada ni sobre la zona del rublo, así que Aúshev hizo llegar la nota a Putin. Los secuestradores anunciaron que se marcharían si se leía por televisión el decreto de retirada de las tropas de Chechenia. Durante horas, Aúshev esperó la respuesta del Kremlin. Debía traerla el consejero presidencial Aslambek Aslajánov, pero éste llegó demasiado tarde.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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