Sí hay quinto malo
Novillada de La Quinta, en la 5ª de feria, que destrozó el popular refrán. Mala, sin paliativos. Ni asomo de casta. Ni un apunte de raza. Todo lo contrario a lo que se les supone a novillos de procedencia Santa Coloma. El prestigio de tan noble rama ganadera hecho añicos. Un pozo ciego de bravura. Descastado lote. Una moruchada, vamos, con lo que los dos novilleros, sobre todo Prades, se estrellaron.
Dentro de lo peor, los dos menos malos fueron para José Luis Torres. Cumplidores en varas, su primero siempre embistió al paso. La faena de Torres, sólo porfiona. El último maquilló el desastre. Muy flojo, casi moribundo, aguantó embobado una labor encimista, de galería y algo embarullada de José Luis Torres.
Quinta / Vegas, Prades, Torres
Novillos de La Quinta, desiguales y descastados. Sergio Vegas: aviso y silencio. Vicente Prades: dos avisos y silencio; silencio. José Luis Torres: silencio y dos orejas. Plaza de Algemesí, 22 de septiembre. 5ª de feria. Lleno.
Los dos novillos de Vicente Prades buscaron el cuerpo del torero antes que los engaños. Distraídos, con la cara por las nubes el primero y sin pasar el cuarto, no le dieron opción. El que abrió plaza, además, se puso muy difícil para matar. Tampoco se salvó el de rejoneo, con el que Sergio Vegas levantó una actuación de mérito.