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La pelea sobre el coste del agua puede retrasar la desaladora de Carboneras

Los regantes se niegan a renegociar con Medio Ambiente el precio

La desaladora de Carboneras, la más grande de Europa jamás construida y nunca puesta en marcha, puede sufrir nuevos retrasos debido a la pelea por el precio del agua de la planta que mantienen la Confederación Hidrográfica del Sur (CHS) y los regantes. La CHS quiere subir los precios del agua para los regantes para amortizar la planta los primeros años, como demanda el Ministerio de Medio Ambiente. Éstos replican que el precio está fijado desde 2000 y que si se sube un céntimo, el agua no les interesa.

Los problemas nunca han abandonado a la desaladora de Carboneras (Almería). Finalizada en 2002, la planta es capaz de desalar 43 hectómetros cúbicos al año, pero actualmente sólo desala 0,4 que van a una planta de Endesa. Después de los 105 millones que costó construirla, los responsables se dieron cuenta de que no habían construido las canalizaciones necesarias para subir el agua hasta las parcelas de Níjar. Las canalizaciones estarán listas a principios de 2005, pero ya ha surgido otro problema: el precio del agua.

Los regantes del campo de Níjar acordaron con la empresa pública Acusur en 2000 un precio de agua 0,35 euros por metro cúbico, que puesto en la parcela alcanzaba los 0,37 euros, según el presidente de la comunidad de regantes del Campo de Níjar, Juan Manuel Morillas.

El problema surge cuando la CHS, ya en manos del PSOE tras las elecciones de marzo, hace cuentas. "Esos precios estaban calculados teniendo en cuenta que la planta iba a estar en pleno funcionamiento, desalando 42 hectómetros cúbicos al año", explica Antonio Rodríguez Leal, presidente de la CHS, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente. "Hay que renegociar el precio viendo cuánta agua se va a consumir y a qué precio se amortiza teniendo en cuenta que el primer año puede que la planta sólo desale 10 hectómetros cúbicos", afirma Rodríguez Leal.

La filosofía responde a una normativa europea que obliga a repercutir sobre las tarifas el coste de las infraestructuras necesarias para llevar el agua al usuario. Rodríguez Leal señala que no puede suministrar agua por debajo del precio de coste y culpa al anterior ejecutivo de no haber previsto que la desaladora no iba a comenzar a funcionar a pleno rendimiento.

Los regantes permanecen, según Morillas, ajenos al debate: "Hemos hablado con Acusur, pero les hemos dejado claro que no se puede subir un céntimo el precio del agua. Era obvio que la desaladora no iba a producir 42 hectómetros el primer años. Nosotros tenemos un precio pactado y si lo suben un céntimo se pueden encontrar con que el agua no nos interesa". Si el órdago no va de farol, la desaladora de Carboneras puede convertirse en un monumento al desgobierno.

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