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Reportaje:Atenas 2004 | GALERÍA DE ILUSTRES

Las grandes figuras

Nueve deportistas, con el estadounidense Michael Phelps al frente, destacan por su brillo en el firmamento olímpico

Santiago Segurola

Los Juegos han dejado un puñado de triunfadores, de nombres propios que pasarán a la historia, con Phelps y El Guerruj a la cabeza.

MICHAEL PHELPS
El hombre de los Juegos

Seis medallas de oro y dos de bronce. El estadounidense Michael Phelps aguantó perfectamente la presión en Atenas. Durante meses, todas las miradas estaban puestas sobre él y el reto que se había marcado, igualar las medallas de oro que obtuvo su compatriota Mark Spitz en Múnich 72. Phelps no consiguió las siete que pretendía, pero salió de los Juegos como un gigante de la natación. Ganó cuatro pruebas individuales -100 y 200 metros mariposa y 200 y 400 estilos- y dos colectivas -4x100 metros estilos y 4x200 libres. Fue una semana agotadora para un nadador que tuvo el coraje de competir y perder contra el australiano Ian Thorpe en los 200 libres. "No podía perderme la oportunidad de luchar contra el mejor", declaró. Además de coraje, demostró una generosidad imprevista en el actual mundo del deporte. Dejó su puesto en la final de los 4x100 estilos a Ian Crocker, que no había logrado ningún oro en Atenas.

HICHAM EL GUERRUJ
Otro atleta en el panteón

Hicham el Guerruj llegó a Atenas con la angustiosa necesidad de conquistar su primera medalla de oro. No la consiguió en Atlanta ni en Sidney. Lo que parecía una maldición se transformó en el mejor momento en la vida del campeón marroquí, ganador de los 1.500 metros y de los 5.000. Vencedor además de manera clamorosa, en carreras de máxima dificultad. Su duelo con el keniano Bernard Lagat en el 1.500 fue un monumento a la determinación. Su victoria sobre Kenenisa Bekele en el 5.000 le situó en el panteón que ocupaba el finlandés Paavo Nurmi, ganador de las dos carreras en los Juegos de 1924. Nadie había repetido la gesta desde entonces. El Guerruj, al que se suponía en el umbral del declive, lo logró de forma portentosa.

JUSTIN GATLIN
El sucesor de Greene

La renovación generacional del atletismo comenzó por un atleta de 22 años forjado en la exigente escuela estadounidense de velocidad y que ganó la mejor final que se recuerda. Justin Gatlin se impuso al portugués de origen nigeriano Francis Obikwelu y a sus compatriotas Maurice Greene y Shawn Crawford en un carrera con cuatro atletas por debajo de los 9,90s. Era algo inédito. Gatlin no salió como favorito. Durante las series dejó que Greene, el jamaicano Asafa Powell, Crawford y Obikwelu desplegaran toda su pirotecnica. Gatlin se tapó. En la final volvió a demostrar que es un hombre de grandes momentos. Ganó de punta a punta con su mejor marca personal: 9,85s. Estados Unidos acababa de encontrar al sucesor de Greene.

JEREMY WARINER
El analista perfecto

Con 20 años y sólo tres carreras en Europa, las que disputó en los Juegos de Atenas, Jeremy Wariner se ha convertido en uno de los atletas más excitantes del momento. Venció en los 400 metros con una marca, 44,00s, que resucitaba una prueba moribunda tras la retirada del también norteamericano Michael Johnson. Wariner encabeza una generación sensacional de especialistas. Con Otis Harris y Darold Williamson puede llevar el 400 a los límites que marcó Johnson. Atleta ligero, con una fluidez increíble en una prueba tan dura, destaca por su precisión en el análisis de la carrera. Nunca estuvo crispado. Algo ha debido de aprender con Clyde Hart, el entrenador de la Universidad de Baylor que dirigió a Johnson.

KENENISA BEKELE
El rey del fondo

No hubo rival para Kenenisa Bekele, de 22 años, en los 10.000 metros, escenario del traspaso de poderes etíope entre el gran Haile Gebrselassie y su heredero. Gebre fue un monumento a la dignidad en la carrera. Conocedor de su derrota, la asumió con entereza en medio de un sufrimiento enorme. No se retiró. Quedó quinto. Por primera vez en su vida, no alcanzó el podio. Bekele le trató en la prueba con la consideración que merecen los héroes hasta que la realidad se hizo inevitable. Gebre no podía seguir a su compañero, que brindó una espectacular última vuelta, entre el delirio de la gente. Definitivamente, es el rey del fondo.

LIU XIANG
La marea china

Todas las miradas estaban puestas en el veterano Allen Johnson, dominador de la carrera de 110 metros vallas en los últimos diez años. Sin embargo, Atenas significó la irrupción de un fuera de serie, el chino Liu Xiang, un atleta alto que había comenzado su actividad deportiva como saltador de altura en Shanghai. Con 22 años, es otro fenomenal exponente de la generación 2004. Se cayó Johnson en los cuartos de final y Liu Xiang tuvo vía libre para la victoria. Nadie esperaba que protagonizara el récord del mundo. En una actuación fulgurante, igualó la vieja marca del galés Colin Jackson (12,91 segundos) y envió un mensaje contundente de lo que se adivina como marea china en los Juegos de Pekín 2008.

KELLY HOLMES
Doble recompensa final

El momento más grande de su larga carrera deportiva le llegó a Kelly Holmes a la tardía edad de 34 años. La atleta británica siempre había figurado entre las mejores del mundo en los 800 y los 1.500 metros. Uno de sus problemas era precisamente su dificultad para elegir la prueba que más le convenía. Sin ninguna medalla de oro, con algunas lesiones muy graves a su espalda, Holmes decidió esta vez correr las dos en contra del criterio de muchos especialistas. Ganó Holmes, vencedora de los 800 metros en una final memorable, con la gran María Mutola derrotada y sin plaza en el podio. Luego, conquistó también el 1.500 frente a las especialistas rusas, favoritas antes de la prueba.

IAN THORPE
Prestigio intacto

Cuatro años después de Sidney, Ian Thorpe puede que no sea tan rápido como entonces, pero su prestigio sigue intacto. El nadador australiano ganó los 200 y los 400 metros libres frente a una oposición formidable: Pieter van den Hoogenband, Michael Phelps y Grant Hackett. La carrera de los 200 fue una de las cumbres de los Juegos. Thorpe logró desquitarse de su derrota frente a Van den Hoogenband en Sidney. Nada mal para alguien que comenzaba a ser cuestionado. Se decía que estaba en el crepúsculo de su carrera. No sólo venció en sus pruebas favoritas, sino que consiguió la medalla de bronce en los 100 con la mejor marca de su vida.

EMANUEL GINOBILI
El líder argentino

Un hombre tiene que representar el éxito del baloncesto argentino en Atenas. Nadie mejor que Manu Ginobili, escolta de los Spurs de San Antonio. En el plano individual, sus actuaciones frente a Italia y Estados Unidos confirmaron su condición de líder del equipo que acabó con un mito: el de los norteamericanos invulnerables. Ginobili es uno de los muchos jugadores que salieron de Argentina casi en silencio para formar en Europa una colonia de baloncestistas excepcionales. Ahora son reconocidos como estrellas mundiales no sólo por su calidad como jugadores, sino por su carácter competitivo. Este zurdo, que ha hecho un arte de la entrada a canasta, hace de todo en la pista. Y todo lo hace bien. Como su equipo: Argentina.

El nadador estadounidense Michael Phelps expresa su alegría tras su victoria en los 200 metros mariposa.
El nadador estadounidense Michael Phelps expresa su alegría tras su victoria en los 200 metros mariposa.GARCÍA CORDERO
El atleta marroquí Hicham el Guerruj, al hacer el doblete, como indican sus dedos, en el 1.500 y el 5.000.
El atleta marroquí Hicham el Guerruj, al hacer el doblete, como indican sus dedos, en el 1.500 y el 5.000.REUTERS
El atleta estadounidense Justin Gatlin, ganador de los 100 metros.
El atleta estadounidense Justin Gatlin, ganador de los 100 metros.REUTERS

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