_
_
_
_
_

Las calles de Galileu, Vallespir y la plaza de la Farga ganan el concurso de adornos de las fiestas de Sants

Las calles de Galileu y Vallespir y la plaza de la Farga eran las favoritas, sólo faltaba saber cuál alcanzaría el primer puesto. Finalmente, la calle de Galileu fue declarada ayer ganadora del concurso de calles adornadas de la fiesta mayor del barrio barcelonés de Sants, en un acto celebrado en el parque de la España Industrial. Dos masías, con sus respectivos huertos, son las decoraciones que han recibido en esta edición el máximo reconocimiento del jurado. "Ha sido un trabajo enorme. Los huertos los hemos hecho con plantas naturales", dijo uno de los miembros de la comisión de vecinos premiada.

Los ornamentos que se llevaron el segundo premio, que recayó en la calle de Vallespir, no lucen menos. Los decoradores de está calle decidieron sumarse a la celebración del Año Dalí recreando una de las obras más celebradás del genio surrealista: la sala Mae West, reproducida por los vecinos con todo detalle. "Aceptamos el veredicto del jurado porque sabemos que todos trabajan con mucha ilusión para engalanar sus calles", explicó una finalista que no podía ocultar algo de tristeza. El mundo visual del pintor catalán también protagoniza los adornos de la plaza de la Farga, que consiguió el tercer galardón.

Vencedores o no, la alegría de todos era evidente porque la entrega de premios a los adornos callejeros es uno de los actos más populares de los festejos de Sants. Los participantes le echaron además mucho humor. Por ejemplo, los vecinos de la calle de Alcolea de Baix decidieron sorprender a los vistantes con un decorado que reproduce, en pleno mes de agosto, el portal de Belén. Estrellas y bolas de árboles de Navidad completan la ornamentación. Cuando subieron al escenario para recoger el regalo por su dedicación, los vecinos de esta calle se presentaron ataviados con un caluroso gorro de Papá Noel, con su borla de lana y todo.

La entrega de premios estuvo presidida por el alcalde accidental de la ciudad, Jordi Portabella, quien deseó que las fiestas mayores del barrio sean un ejemplo de convivencia y de respeto.

Un portavoz de la organización encargada de los festejos se lamentó de que cada año haya menos calles que participan en la tradición de engalanarlas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_