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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ángel Álvarez, maestro de locutores

Diego A. Manrique

Ángel Álvarez, el locutor que difundió en España los grandes géneros de la música popular estadounidense, falleció ayer en Madrid, a los 87 años de edad, según informó la cadena M-80, la última que contó con su voz cálida. Álvarez también fue un histórico de la aviación comercial, con 38.000 horas de vuelo.

Nacido en Oviedo en 1917, era hijo de un tapicero de ideología socialista que le inculcó el respeto por todas las expresiones de la cultura; según recordaba, el último consejo paterno antes de partir para Madrid fue "aprovecha para ver zarzuelas". Convertido en radiotelegrafista, vivió la época heroica de Iberia. Destinado a la línea Madrid-Nueva York, aprovechaba sus estancias en Manhattan para proveerse de la música que amaba, artistas cuyos discos rara vez se editaban en España.

Esa fonoteca particular y su tono intimista le abrieron en 1960 las puertas de La Voz de Madrid, donde inauguró su programa Caravana musical; tres años después, en Radio Peninusular nació Vuelo 605. Su influencia en la apertura musical del país fue inmensa: en una radiodifusión autárquica y particularmente alérgica a las canciones en inglés, Álvarez seleccionaba con refinado criterio las últimas novedades de Estados Unidos y, tras la eclosión de The Beatles, el Reino Unido.

Introdujo en España el sonido Nashville y, más decisivamente, el folk de Pete Seeger y Bob Dylan, facilitando el surgimiento de grupos y cantautores madrileños en la misma línea. Con el Club Caravana, que editaba boletines rebosantes de información, Álvarez nucleó a su alrededor una activa minoría de buscadores de la música de calidad, de donde saldrían abundantes periodistas, pinchadiscos de FM y empleados de discográficas.

Uno de los primeros seguidores fue Carlos Charly Domínguez, que se convertiría en guionista de Álvarez hasta el final de su carrera. Todos llevaban a gala su condición de caravaneros, aunque hubiera cismas a partir de 1967, con la cristalización de la contracultura hippy: las emisiones cara al público de los domingos terminaban en encendidos debates alrededor del dylaniano All along the watchtower en versión de Jimi Hendrix o de los excesos sobre el escenario de Jim Morrison, aunque conviene recordar que allí sonó el primer LP de los Doors la misma semana de su edición en Estados Unidos.

En sus vuelos transatlánticos, Alvarez hizo amistad con directivos de El Corte Inglés. Los grandes almacenes, aparte de editar unas octavillas gratuitas con biografías de sus artistas favoritos, se convirtieron en fieles patrocinadores de sus emisiones, que también pasaron por las frecuencias de Radio Madrid, cadena Minuto y M-80 (presentó igualmente diferentes espacios en Radio Nacional de España).

Su labor fue reconocida con premios como el Ondas de 1996. Ángel Álvarez se mantuvo a pie de micro hasta hace unas semanas, cuando despidió discretamente su Vuelo 605.-

Ángel Álvarez.
Ángel Álvarez.PEDRO MENÉNDEZ

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