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LA CRISIS DEL PEÑÓN

"Un presidente del Gobierno no tiene derecho a estar enfadado"

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, inició ayer sus 22 días de vacaciones veraniegas en la isla de Menorca. Zapatero llegó a la isla balear acompañado de su esposa, Sonsoles Espinosa, y de sus dos hijas, Laura y Alba, en un avión de la Fuerza Aérea Española que aterrizó en el aeropuerto de Mahón, donde fue recibido por el alcalde de la capital menorquina, el socialista Arturo Bagur, la presidenta del Consell de la isla, la también socialista Joanna Barceló, y por el delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías.

El próximo lunes al anochecer, el presidente acudirá a Palma para despachar con el Rey en el palacio de Marivent, y después hará ante la prensa un balance del curso político. Posteriormente los Reyes ofrecerán una cena a la pareja.

Zapatero y su esposa darán hoy un paseo por el puerto de Mahón ante los medios de comunicación. Ayer, en su primer día de asueto, el presidente evitó profundizar en polémicas. "Un presidente del Gobierno no tiene derecho a estar enfadado. Quizás comprenden el porqué de mi actitud permanente y de mi talante, que a algunos les parece excesivo", comentó al recordar sus sentimientos al cumplir ayer 44 años. "Cuando tenía 20 años no lo pensaba. Un presidente siempre ha de estar agradecido a la gente".

El veraneo menorquín en una casa rural aislada y reformada situada cerca del aeropuerto se debe a una decisión de la mujer de Zapatero, que, según él, "ha tenido desde hace tiempo muchas ganas de venir". "No podía disputárselo ni discutírselo", añadió.

"El país tiene todos los rincones absolutamente atractivos", explicó, al rememorar sus anteriores vacaciones estivales en Galicia, Almería, Alicante y Granada. "Aquí, si se puede pescar, pescaré; es uno de los deportes que más me gustan". Zapatero descansará y preparará el retorno de "septiembre, que será intenso".

Prudencia en carretera

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El político teorizó sobre una gran parte de españoles que están ahora de veraneo: "Hay otros muchos que no pueden tener unos días de descanso", dijo, y expresó su deseo de "trabajar durante el próximo curso para que ellos también puedan ir de vacaciones". Después reclamó "mucha prudencia en la carretera" para "reducir drásticamente" los accidentes, especialmente entre los jóvenes.

Zapatero confesó, como hacía el ex presidente Aznar, los libros que piensa leer. "Varios escritores leoneses", apuntó: el novelista Luis Mateo Díez y los poetas Antonio Gamoneda y Antonio Colinas. Tras la estética, las ideas: un ensayo del catedrático de Economía norteamericano Paul Krugman y La cultura de la conversación, de Benedetta Craveri.

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