Nadal reclama a las concesionarias "descuentos radicales" en los peajes obligados

Las negociaciones con las empresas concesionarias de autopistas no están mal encaminadas, afirmó ayer el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, pero tienen un escollo: los peajes de movilidad obligados, para los que Nadal reclama "descuentos radicales". Son aquellos tramos, en general ya amortizados, según afirmó no hace mucho el propio Nadal, que han quedado como recorridos prácticamente urbanos. Nadal se refería a las barreras situadas en Mollet y Vilassar de Mar. En su opinión, ACESA, que es la concesionaria de estos tramos, debería mostrar sensibilidad y eliminar el peaje para los residentes, aunque se mantuviera para los trayectos de largo recorrido.

El Departamento de Política Territorial negocia con las empresas de autopistas en varios frentes. Uno es la supresión de estas dos barreras. Las concesionarias, cuyos dirigentes deben luego dar cuentas a los accionistas, sugieren que no están en condiciones de hacer regalos sin más. No obstante, en la mesa de negociaciones ha surgido una propuesta que no disgusta a las partes: se eliminaría esta barrera y su coste repercutiría en la siguiente. En el caso de Mollet, el pago se incorporaría a La Roca. De este modo, pagarían quienes efectuaran un largo recorrido, pero no los residentes.

Menos claro está el asunto en la C-32, ya que el peaje siguiente es el de Arenys. En este caso, la revisión del peaje debería formularse en la perspectiva de una solución general para la comarca del Maresme, donde la alternativa a la autopista es prácticamente una vía urbana, la antigua N-II, que pasa por el centro de las poblaciones costeras.

Vía T

El Gobierno catalán ha puesto sobre la mesa otro asunto: la escasa implantación de la tarjeta que permite pasar las barreras con una menor reducción de velocidad por las zonas señalizadas como Via T, sustitutivas del antiguo Teletac. Estas tarjetas, que en algunos casos dan derecho a descuentos en función del uso, son comercializadas por entidades de crédito. Unas cobran un depósito, otras una cuota anual de mantenimiento, y algunas las dos cosas. Al final, los costes acaban siendo disuasorios para aquellos usuarios que no utilizan la autopista con una frecuencia considerable. Política Territorial entiende que si se generalizase el uso de estas tarjetas se reducirían, al menos en parte, las colas en las barreras de peaje, y reclama a las concesionarias un gesto a favor de su generalización. Las empresas aducen que no pueden inmiscuirse en la política comercial de bancos y cajas.

Ayer volvió a haber colas en la zona de Tarragona de la AP-7 y el alcalde de la ciudad, Joan Miquel Nadal, reiteró que la única solución para evitarlas es eliminar el peaje. No obstante, la supresión del peaje en el tramo del Vallès sólo ha servido para aumentar las horas de colapso.